
La piedra impactó de lleno en una de las lunas del autobús. Los viajeros de la línea 63 de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) se llevaron un tremendo susto el pasado domingo por la tarde cuando, al paso por el barrio de Santa Eugenia (en el distrito de Villa de Vallecas), un grupo de jóvenes atacó el vehículo con el lanzamiento parte de un adoquín y huevos. El cascote rompió el cristal y cayó encima de un asiento, por suerte, vacío en ese momento. Pese a que no hubo que lamentar heridos, el vehículo tuvo que detener su ruta ante la posibilidad de que algunos de los usuarios pudieran cortarse con los trozos de cristales esparcidos en el interior. Los hechos, que tuvieron lugar pasadas las 19 horas en la calle de Fuentespina, se originaron después de que varias personas, ataviadas con capuchas y mascarillas, esperasen agazapados para llevar a cabo el peligroso acto vandálico. Pese a que no hubo que lamentar heridos, el vehículo tuvo que detenerse ante la posibilidad de que algunos de los usuarios pudiera cortarse con los trozos de cristales esparcidos en el interior. El pánico cundió entre los pasajeros, obligados algunos de ellos a tirarse al suelo dada la cercanía con el lugar del golpe. El sábado, coincidiendo con la fiesta de Halloween, se registraron numerosos incidentes relacionados con el lanzamiento de huevos y otros objetos en distintos distintos distritos y localidad de la región. Los graves disturbios en el centro de Madrid, no obstante, dejaron en «un segundo plano» –al menos mediáticamente— unas gamberradas que ya han llegado demasiado lejos.
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