
El Ayuntamiento de Barcelona se ha visto obligado a precintar el casal Tres Lliris, un equipamiento juvenil del barrio de Gracia que hace tres años fue cedido de manera legal por el gobierno de Ada Colau a un colectivo antisistema que lo había «okupado», en una operación digna de blanqueo, tal y como denunció ABC. El consistorio, de hecho, llegó a pagar reformas del local, perdonó retrasos en el pago del alquiler y toleró problemas de civismo. Ahora, las denuncias vecinales por ruidos e incumplimientos de las medidas anti-Covid han llevado al cierre del espacio. El caso, además, amenaza con convertirse en un problema entre Colau y el colectivo «okupa». Fuentes municipales constatan a ABC que entre septiembre de 2017...
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