Falta un día para investir al nuevo alcalde o alcaldesa de la capital y la madeja de demandas entre el Partido Popular y Ciudadanos para levantar a Manuela Carmena del sillón del Palacio de Cibeles no se desenreda. Albert Rivera cedió a la pretensión de Begoña Villacís de jugar hasta la extenuación la baza para convertirla en alcaldesa pese a ser tercera fuerza (11 concejales). El resultado va a ser el desgaste de la imagen del partido a pasos acelerados con una lucha insólita que el joven grupo político no había librado en ningún otro territorio de España. Los comités negociadores de PP y Cs se reunieron por la mañana en el edificio de los partidos municipales de la capital (calle Mayor, 71) y los de Rivera ofrecieron a sus potenciales socios dividirse la alcaldía en dos años. Haciendo malabares con las cifras electorales, el portavoz del equipo negociador de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, trató de convencer a la opinión pública en un canutazo posterior de que su candidata merece ser la máxima representante de los madrileños porque el PP sólo le saca 4 escaños, o lo que es lo mismo, 5,1 puntos, o traducido de otro modo, 83.091 votos. Es lo que denominó «un empate técnico». Obvió Ciudadanos que perdió 58.800 votos en la ciudad desde las elecciones generales del 18 de abril a las del 26-M. En cualquier caso, Génova rechazó de isofacto la oferta. Rivera está compitiendo por una plaza a la desesperada donde sabe que la mejor jugada aritmética la tiene José Luis Martínez-Almeida (PP), que logró 15 escaños en los comicios municipales con 394.708 papeletas. Pero también conoce Cs que las cartas más altas las tiene Carmena, que encabeza la lista más votada, con 19 escaños y 503.990 apoyos. Si PP y Cs no sellan un pacto hoy, a 24 horas de que se celebre el Pleno donde se constituirá la nueva Corporación, la ex juez revalidará el cargo porque así lo determina la ley de Régimen Electoral General. Un extraño paso atrás Ocho horas después de conocerse la propuesta de Cs, EFE publicó un teletipo en el que «fuentes de la negociación» afirmaban que Villacís no conocía el planteamiento que se había realizado. Fuentes oficiales del grupo municipal de Cs desmintieron la información, pero desde la agencia de noticias mantuvieron su versión. Las negociaciones iban bien en lo que concierne al consenso del programa de investidura, pero todo se torció en el último momento. El PP se negó a aceptar la «ocurrencia», como la calificó la número dos de Almeida, Andrea Levy. Los de Alcalá trataron de dar la vuelta a la tortilla con la obsesión de Villacís por ser alcaldesa y derivaron la responsabilidad en el candidato del bloque de centro-derecha. Gutiérrez subrayó lo «enormemente generosos» que están siendo en los acuerdos a nivel nacional. La vicesecretaria de estudios y programas del PP ironizó con que la semana pasada les proponían «cuatro años de Villacís». «Esta, dos años. No sabemos si mañana [por hoy] nos propondrán los días pares para Villacís y los impares para Almeida. Esto son ocurrencias. Estamos para devolver Madrid a los madrileños con responsabilidad, con seriedad y no haciendo un baile de sillas», zanjó. Al cierre de esta edición, desde Génova mantenían la postura que decretó Pablo Casado el martes: «O gobierna Almeida o lo hace Carmena». Desde la nacional de Cs no hicieron más valoraciones. De lo que no trascendieron detalles fue de la reunión secreta entre Almeida y el líder de Vox en Madrid, Javier Ortega Smith. Sólo un tuit de los de Abascal donde deslizaban que había una buena sintonía.De España http://bit.ly/2X9aFy1
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