El «juego de pactos» ha empezado. Después de una primera semana con los cinco grandes partidos tanteando el terreno, estos días empezará cada uno a mover sus piezas en una partida de ajedrez en la que todos aspiran a lo mismo: alcanzar la mayor cota de poder posible con su resultado en las urnas el pasado 26 de mayo. El bipartidismo que prevalecía desde la primera victoria de Felipe González en 1982 flaquea desde el 2015. Aunque ha recuperado terreno respecto a las municipales y autonómicas de hace cuatro años, la irrupción de Vox en toda España ha provocado que ahora haya cinco grandes comensales para repartirse los trozos del pastel. Los gobiernos en solitario se antojan cada vez más complicados, y ahora a las elecciones les siguen semanas de rumores y especulaciones sobre quién se aliará con quién. Ciudadanos (Cs) es la llave para el gobierno en veinticinco capitales de provincia. El PSOE tiene «puesto» en aquellas ciudades en las que se cumplen dos premisas: socialistas y liberales alcanzan la mayoría absoluta y la alternativa de PP con Cs necesita a Vox. Además, esta condición se da en Aragón y en la Región de Murcia. No así en Castilla y León, donde PP y Cs suman solos, o en la Comunidad de Madrid, donde PSOE y Cs no suman. El cortejo del PSOE Ese es el mapa de los pactos que tienen los socialistas encima de la mesa y que evidencia su dependencia de Cs. Pese a su victoria electoral, los socialistas dependen de Albert Rivera para poder transformar ese triunfo en poder institucional. Por eso, de forma súbita, los de Rivera dejaron de ser una parte indistinguible del tripartito con Vox y PP a recibir cortejos por doquier. Los socialistas buscarán traducir cada victoria en gobiernos, aunque para ello dependen de Cs En Ferraz se resignan a esta dependencia y saben que Cs no facilitará su acceso al poder. «Van a practicar ajedrez aleatorio», dice un alto cargo de Moncloa. Lo que parece claro es que el PSOE no quiere entrar en intercambios de cromos. Ya se ha manifestado por ejemplo el rechazo a un trueque que diera el gobierno de Aragón al PSOE y la alcaldía de Zaragoza a Cs. Pero aun así mantienen «cierta esperanza» en hacerse con algunas plazas por el hecho de que Cs mantiene abierta la vía de negociación con ellos por mucho que haya insistido en que su socio preferente es el PP. «Estamos convencidos de que habrá algún acuerdo», dicen en el PSOE. Aunque hay muchos que se muestran más pesimistas. Discreción en Génova En el Partido Popular, a pesar de su desplome electoral generalizado, la sensación es mucho mejor que la que dejaron las elecciones generales del 28 de abril. Ahora la suma con Cs y Vox sí que da en muchos lugares y no solo podrán retener la Comunidad de Madrid, sino que está en sus manos arrebatar a Manuela Carmena el Ayuntamiento de la capital. En Génova quieren llevar sus conversaciones con la máxima discreción. La idea que ronda en la cabeza de los populares es la de reeditar el modelo andaluz y lograr gobiernos de centro-derecha. Fuentes del partido apuntan que no van a entrar al trapo con las exigencias de máximos ni de Cs ni de Vox, y aseveran que está bien fijar una posición agresiva antes de afrontar las negociaciones, pero que después hay que trabajar con «cordura y sensatez». El PP confía en la «cordura y sensatez» de Cs y de Vox para reeditar la vía andaluza Hay preocupación en el PP con las ansias de poder de los socialistas, cuyos últimos movimientos en Navarra hacen pensar que puede pactar con independentistas, incluido EH Bildu, y con populistas. Lo cierto es que la intención del PSOE de apostar por un gobierno en Navarra de la mano de Geroa Bai les ha distanciado aún más de Cs, pero el PP ve con alarma esta jugada de los socialistas para evitar que gobierne Navarra Suma, la formación ganadora de los comicios autonómicos. De momento, populares y liberales ya han acordado una primera reunión esta semana para marcar las directrices de los pactos de gobierno con los que intentarán poner freno a las políticas «sanchistas». En manos de Cs Si hay una formación clave tras el 26-M, esa es Cs. Los liberales tienen la llave de la gobernabilidad en Castilla y León, en Aragón y en la Región de Murcia. En estas tres comunidades pueden dar los ejecutivos al PP o al PSOE, y la estrategia de Cs es la de ganar tiempo para sopesar los pros y los contras de cada escenario. La semana comenzó con mal pie en la sede nacional de Cs, en la madrileña calle de Alcalá, después de una ambigua rueda de prensa en la que Inés Arrimadas pareció dejar abiertas todas las posibilidades –desde pactos a discreción con el PSOE, hasta la entrada de Vox en gobiernos tripartitos–. José Manuel Villegas recuperó al día siguiente el mensaje duro contra el PSOE y cerró por completo la puerta a Vox –de momento solo acepta «sacarse la foto», pero sin negociar nada–. Los liberales ganan tiempo para sopesar los pros y los contras de pactar con el PP o con el PSOE La preferencia en Cs también es el pacto a la andaluza, con gobiernos con el PP y apoyo externo de Vox, pero se evita vetar oficialmente al PSOE. Cs necesita tocar poder tras sus altas expectativas y son demasiado conscientes de que pueden terminar necesitando a los socialistas, aunque sea a los «disidentes». Uno de ellos puede ser Javier Lambán, presidente en funciones de Aragón, y más si cabe después de que el Partido Aragonés –indispensable para la suma de la derecha en esta región– se haya negado a favorecer un ejecutivo dependiente de Vox. Sin embargo, ni en Génova ni en Alcalá dan por perdido un acuerdo a cuatro que desaloje al PSOE del ejecutivo aragonés. Condicionar pese a menguar En Unidas Podemos, sin ser primera fuerza en ninguna región, están condenados a ser muleta del PSOE en la pugna de los bloques ideológicos contra PP, Cs y Vox. De las doce comunidades autónomas que fueron a la triple urna el pasado domingo solo en cuatro puede Podemos condicionar gobiernos socialistas: Asturias, Baleares, Canarias y La Rioja. La formación intentará usar estos pactos regionales y los municipales como moneda de cambio para presionar a Sánchez a nivel nacional. A pesar de la debacle, Iglesias sigue explotando la fórmula del gobierno de coalición con el PSOE con fuerza. «Que estemos dentro es la única forma de garantizar que se cumple con una senda progresista», aseguran desde la formación morada, donde trabajan para que el PSOE no se deje llevar por Cs en las regiones donde la suma lo permita. El secretario general de Podemos no renuncia a que su partido forme parte del gabinete, pero si no entran en el gobierno, amenaza con bloquear una investidura de Sánchez. Una advertencia que no se creen sus socios. Por el momento, la mesas de negociación entre ambas formaciones ya están en marcha. La orden es mantener la «discreción». Por otro lado, la dirección nacional de Podemos se enfrentará estas semanas de negociación al descontento interno en algunos territorios. En Asturias, Aragón, Andalucía y Castilla-La Mancha los líderes critican el centralismo de la cúpula durante las campañas y empiezan a exigir más peso. En Andalucía, región más fuerte tras los comicios autonómicos, ya amenazan con liderar la renovación del partido «desde el sur» y rechazan absolutamente un cogobierno con Sánchez. Iglesias presionará a Sánchez, consciente de que lo necesita en algunas regiones Ganar visibilidad Una de las paradojas del 26-M es que a pesar de haber sufrido un retroceso de más de un millón de votos en comparación con las elecciones generales, Vox se convirtió en uno de los partidos determinantes al conseguir la llave para conformar mayorías de derecha en la Comunidad de Madrid, Murcia y Aragón. Respecto a la estrategia de pactos, fuentes del equipo negociador aseguran que no lo pondrán «difícil», pero sí advierten de que exigirán una representación proporcional donde más fuertes son. El partido marca como línea roja que les permitan sentarse a negociar acuerdos para evitar así el «trágala» de la vía andaluza. Fuentes de la dirección aseguran que aunque son breves ya han empezado los contactos con el PP, pero lamentan que no existe relación con Cs. Ni han llamado ni han recibido ninguna llamada de los liberales. En este contexto, el objetivo prioritario de Abascal será entrar en los gobiernos del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid. Pero antes tendrán que conseguir que Cs haga digerible para sus votantes un pacto con ellos. No obstante, fuentes de la formación admiten que no se contempla bloquear un gobierno de derechas en Madrid, siempre que entren en la negociación de un acuerdo programático. No les servirá con una fotografía, como quiere Cs. Vox demanda acuerdos con la firma estampada de los tres partidos. Con las cinco fichas sobre el tablero, PSOE, PP, Cs, Podemos y Vox arrancan mañana una semana que será clave en la gobernabilidad de las comunidades autónomas y de los municipios de España. De fondo todavía asoma la investidura de Pedro Sánchez, que todavía debe asegurarse los apoyos suficientes para reeditar gobierno. Los territorios en incógnita Castilla y León: más PP o un sanchista La decisión más complicada de Ciudadanos será a quién apoyar en Castilla y León. Su candidato, Francisco Igea, se presentó con un discurso de regeneración y cambio que choca con un respaldo al PP tras 32 años en el gobierno, pero Luis Tudanca (PSOE) es un destacado sanchista. Región de Murcia: ¿Cambio de cromos? El PSOE y Ciudadanos suman mayoría absoluta en la Región, y PP y Cs necesitan a Vox para que el popular Fernando López Miras vuelva a presidir. Hay una situación similar en Murcia capital, y un intercambio de cromos comunidad-alcaldía podría decantar las negociaciones en una u otra dirección. Aragón: de momento, decide el PAR Arturo Aliaga, presidente del PAR, invitó al PSOE y a Cs a buscar un acuerdo de investidura en Aragón y cerró la puerta a negociar un pacto a cuatro bandas con el PP, Cs y Vox. Populares y liberales confían aún en que el PAR cambie de opinión, pero sin este partido la comunidad está abocada a un nuevo gobierno socialista. Islas Canarias: dos imputados El PSOE (25 escaños) y Coalición Canaria (20 escaños) tienen imputados por sendos casos de corrupción a sus dos líderes, lo cual complica la predisposición del resto de partidos para pactar. El PP, con once diputados, puede hacerse con el ejecutivo del archipiélago con una carambola. Le hace falta sumar hasta 36 escaños para conseguirlo. Navarra: nacionalismo El PSN parece dispuesto a explorar un acuerdo con los nacionalistas de Geroa Bai para impedir que la coalición constitucionalista Navarra Suma, vencedora de las elecciones, se haga con el gobierno. Los socialistas necesitan al menos la abstención de EH Bildu para hacerse con el poder, pero no parece cambiar su posición. De momento, tras este movimiento, Cs ya ha remarcado sus distancias con el PSOE. Comunidad de Madrid: PP-Cs-Vox o la izquierda El PP, Ciudadanos y Vox están obligados a entenderse tanto en la Comunidad de Madrid como en el Ayuntamiento si quieren evitar que gobierne la izquierda. En Génova son optimistas y creen que retendrán el gobierno autonómico y que recuperarán la capital de España. Pero si Cs y Vox mantienen sus posturas encontradas pueden complicar el acuerdo. Si no pactan antes del 15 de junio, Manuela Carmena repetirá como alcaldesa al liderar la lista más votada.
De España http://bit.ly/2W6RNv1
sábado, 1 de junio de 2019
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