El Mundial femenino de fútbol no presentaba tradicionalmente suficiente interés deportivo como para vender grandes acuerdos de patrocinio, pero las cosas han cambiado. Tampoco era imaginable hace unos años que la Supercopa de España se disputase en Arabia Saudí , pero el siglo XXI es, entre otras novedades, el del 'sportwashing': la utilización del deporte como herramienta para mejorar una reputación dañada. Ambas tendencias han colocado a la FIFA ante un aprieto inesperado: si hace sólo un mes y medio pensaba hacer caja firmando al Ministerio de Turismo saudí como patrocinador del próximo Mundial de Australia y Nueva Zelanda (a celebrar entre el 20 de julio y el 20 de agosto), ahora busca cómo esquivar críticas innegociables sin dañar su vínculo estrecho con un socio comercial que nada en la opulencia (hace pocas semanas, por ejemplo, designó a Arabia Saudí como sede del Mundial de Clubes de 2023). El año 2022 fue muy prometedor para el deporte femenino, con varios contratos nuevos de patrocinio en Europa y Estados Unidos. El Mundial de 2023 será la primera vez que el máximo ente rector del balompié trate de capitalizar el evento vendiendo patrocinios por separado, dado el interés creciente que despiertan las jugadoras. Pero el dinero saudí no es bienvenido en muchos lugares del planeta. Las federaciones de Australia y Nueva Zelanda escribieron inmediatamente a la FIFA después de que el medio especializado 'The Athletic' desvelase el futuro acuerdo a finales de enero. Amnistía Internacional habló de «explotación cruda del fútbol femenino», en referencia a la política de derechos humanos del país arábigo, que ha calificado de «aterradora» en más de una ocasión. El presidente del fútbol neozelandés, Andrew Pragnell , afirmó que habían recibido una primera respuesta «decepcionante» del ente que rige el fútbol mundial. El del fútbol australiano, James Johnson, ha dejado claro que no estarán «cómodos» con ningún arreglo que incluya a 'Visit Saudi'. Noticia Relacionada fórmula 1 estandar No La Fórmula 1 aplica la censura a los pilotos: prohibido hablar de política y religión José Carlos Carabias Impedirá a los pilotos realizar juicios personales durante las carreras. Hamilton asegura que nadie le callará Un portavoz autorizado de FIFA , en comunicación con ABC, no quiso hacer comentarios sobre la posible ruptura del acuerdo, adelantada por el ' Sidney Morning Herald ', que comentaba el «estupor» existente en el organismo ante el clamor por la elección de un país que persigue la homosexualidad y el ateísmo. La FIFA, con sede en Suiza, no suele revelar datos concretos sobre acuerdos individuales de patrocinio, y publica sus resultados al cierre de cada año fiscal. Predecible En privado, fuentes cercanas a la FIFA reconocen que no iba a ser fácil «vender» que uno de los países del planeta con menos respeto a los derechos individuales y libertades de las mujeres fueran a patrocinar un Mundial femenino, en el que varias de sus estrellas (por ejemplo) son lesbianas. Las futbolistas estadounidenses Alex Morgan y Megan Rapinoe , capitanas de su selección, calificaron el acuerdo de «extraño», «totalmente inapropiado» y «escandaloso»; ambas urgieron a la FIFA a «hacer lo correcto». La delantera holandesa Vivianne Miedema declaró que la FIFA debería estar «profundamente avergonzada» sólo por considerar un posible patrocinio. La ola de críticas y el silencio de la FIFA descubren un probable error de cálculo que tratará de enmendarse, según fuentes autorizadas, antes o durante el próximo Congreso Internacional de Ruanda . Los países organizadores no querían que fuera un organismo turístico (además de saudí) el patrocinador, para no interferir con su propia política turística. Habría una solución intermedia -buscar una organización no gubernamental, relacionada con Arabia-, pero llegados a este punto no mejoraría mucho las cosas. A cuatro meses del inicio del torneo, la FIFA trata simultáneamente de proteger su reputación y de mantener la amistad con un socio relevante, que hace esfuerzos denodados por traducir petrodólares en influencia y ser uno más en la comunidad futbolística internacional: recordemos que venció a Argentina, luego campeón, en su debut en el último Mundial, y que este mes su selección femenina organizó (y ganó) un torneo amistoso de cuatro equipos para asegurarse un puesto en el 'ranking' femenino de la FIFA por primera vez en su historia. Por si fuese poco, Arabia Saudí ha buscado alianzas con Grecia y Egipto para intentar organizar el Mundial de Fútbol de 2030. Un equipo de su liga, como casi todo el mundo sabe, fichó a Cristiano Ronaldo a comienzos de este año. Las mujeres saudíes tuvieron prohibido ver partidos de fútbol hasta 2018; dos años después, se creó la liga femenina en el país. Aunque algunas de las restricciones cotidianas se han suavizado o levantado en años recientes, no es menos cierto que el régimen sentenció el año pasado a una mujer llamada Nourah bint Saeed al-Qahtani a 45 años de prisión por expresar sus opiniones en redes sociales. Una estudiante de doctorado de la Universidad de Leeds (Reino Unido), Salma al-Shehab , madre de dos hijos, fue condenada a 34 años por retuitear proclamas de activistas. Amnistía Internacional ha solicitado recientemente a la Premier League que investigue los vínculos entre los nuevos dueños del Newcastle United y el Gobierno saudí. En España, la Justicia ha reclamado a Gerard Piqué el contrato que suscribió con Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí por 40 millones de euros anuales. El diario británico 'The Guardian' hablaba esta semana de «optimismo» respecto a la resolución de este embrollo. Visto con perspectiva, quizá no debería ser tan complicado: la FIFA alcanzó unos ingresos récord de 7.500 millones de dólares en el último ciclo, que comenzó en 2018 y culminó con el Mundial de 2022 , y ha anunciado expectativas de 11.000 para el que comienza ahora.
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