Nunca es un buen momento para jugarte la vida. Y menos a 3.134 kilómetros de casa. Y mucho menos en la situación en la que lo hará el Barcelona, con notables ausencias que no han podido viajar a Kiev (Agüero, Piqué, Pedri, Sergi Roberto y Braithwaite), y con jugadores renqueantes que se han desplazado sin estar al cien por cien (Dembélé, Ansu Fati, Araújo y Frenkie de Jong) para disputar los noventa minutos. Pero más allá de las dificultades que pueda tener Sergi Barjuan para confeccionar un once de garantías, la preocupante trayectoria del equipo en los últimos encuentros, con dos derrotas (Real Madrid y Rayo) y un empate en el Camp Nou (Alavés), confirman la descomposición de una plantilla con muchos problemas para alcanzar la zona alta de la tabla y los octavos de final de la Champions League. Ya lo vaticinó Koeman («quedar en los puestos de arriba en LaLiga sería un éxito y no se pueden esperar milagros en Europa») y Sergi no ha sido capaz de cambiar la dinámica. Al Barcelona, que casi desde el día del sorteo supo que no le daba para ser primero de grupo, no le vale otro resultado que no sea la victoria para poder encarar las dos últimas jornadas dependiendo de sí mismo. Confían los azulgranas en una victoria del Bayern en Múnich ante el Benfica, lo que permitiría al equipo de Sergi Barjuan superar a los portugueses y situarse como segundos de grupo. Ydesde ahí, defender la posición para pasar a octavos y salvar parte de la partida económica presupuestada por los rectores del club, que estimaron 20 millones de euros mínimos en premios por acceder a cuartos de final. Será el segundo partido de Barjuan en el banquillo del primer equipo y el primero en la Champions como entrenador. Se queja el catalán del poco tiempo del que ha disfrutado para introducir su método. «He tenido pocos entrenamientos. Se han entrenado con intensidad. Trabajo para que sean ordenados. El talento está. Todos sabemos de la importancia del partido y los tres puntos. Tenemos que jugar con nuestro estilo. Ser un equipo junto, tener posesión, hablar, encontrar espacios... Esto es lo que da alegría. Tengo poco tiempo, pero debo exprimirlos al máximo. La diferencia como jugador es total. Ahora, intento aportar como exjugador y persona», aseguraba tras el último entrenamiento antes de partir a Kiev. Es consciente de las dificultades pero también del escaparate que supone estar al frente de un transatlántico como el Barcelona. «¿Un marrón que me den el equipo de esta manera? Mil entrenadores querrían estar en mi situación», asegura, consciente de que en cuanto se oficialice la llegada de Xavi regresará al filial. Sergi planteará un partido similar al que hubiera diseñado Koeman. Lo demostró la semana pasada ante el Alavés, adoptando ‘inventos’ del holandés como convertir a Dest en extremo o seguir apostando por jóvenes promesas como Gavi. Pero hoy necesita ganar como sea. Es, tal vez, el partido más importante de lo que queda de este 2021 aunque rechaza sentirse presionado. Consciente de la deriva hacia la que navega exige un triunfo con el que dar un golpe de autoridad y marcar un punto de inflexión. «El Barça tiene la obligación de ganar siempre. Hay momentos débiles como ahora. Pero hay que seguir ganando. La única forma de hacernos respetar es ganando. Hay que dar un golpe sobre la mesa. Un triunfo daría alegría y transformaría en positivismo la actitud del culé», aseguró. La fiesta de Halloween Sergi exige compromiso y entrega a todos sus futbolistas para revertir el mal momento en el que viven inmersos. Tal vez no era la mejor ocasión para que Gerard Piqué y Sergio Busquets, dos de los capitanes y futbolistas con más peso en el vestuario, fueran vistos en una fiesta de disfraces que organizó Patrick Kluivert. Los dos asistieron con sus respectivas parejas, Shakira y Elena Galera, tal y como descubrió el propio Kluivert en una fotografía que colgó en las redes sociales. Los dos futbolistas asistieron disfrazados y aunque no se cuestiona el derecho de cualquier persona a divertirse fuera de su horario laboral, el momento del equipo desaconseja actos frívolos que puedan molestar a una afición dolida y castigada por los malos resultados. Piqué (pelo rojo y cara ensangrentada) tenía cierta disculpa al estar lesionado y no poder acudir a Kiev pero Busquets (mono rojo y una máscara de terror), siendo capitán y estando tan cerca su error ante el Rayo que le costó el puesto a Ronald Koeman, se arriesga a recibir críticas y que se analice con lupa su próxima actuación. No obstante, Busquets será esta noche titular, al igual que Eric García. El central, precisamente, apunta a la necesidad de dejar la portería a cero, cuestión que se le resiste al Barcelona esta temporada. Únicamente en tres de los 14 encuentros que se han disputado no ha tenido que recoger ningún balón Ter Stegen de su meta. «Sabemos de la dificultad que tendremos, pero el equipo está preparado mental y físicamente para sacar los tres puntos», asegura García, que se aferra al talento del grupo para justificar su optimismo. «El equipo está bien. La confianza te la dan los resultados y estamos en un momento que no conseguimos los que queremos. Tenemos un grupo espectacular y las pinceladas que nos ha dado Sergi nos están ayudando». Está previsto que, tras el encuentro, una delegación del Barcelona se desplace a Doha para cerrar el fichaje de Xavi Hernández con el Al-Sadd catarí.
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