
«No podemos consentir que el colectivo LGTBIesté atemorizado, y que esta tarde haya altercados o se ataque a policías en la manifestación. Tienes que contarnos la verdad». Con palabras similares los investigadores lograron ayer que el joven que denunció una agresión homófoba múltiple en Madrid acabara confesando. Se inventó cómo habían ocurrido los hechos. Le grabaron la palabra «maricón» en el glúteo en medio de una relación sexual consentida –con matices–, que ni tuvo lugar en el portal de su casa ni fue a manos de ocho encapuchados. «Yo solo quería que me curaran las heridas y que se mantuviera mi identidad en secreto», admitió. Fueron dos personas las que le laceraron en una vivienda. El chico, que tiene pareja, tuvo...
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