sábado, 4 de septiembre de 2021

El Teatro Lara, una ‘bombonera’ con fantasma

El 3 de septiembre de 1880, hace ahora 141 años, la entonces Princesa de Asturias, la Infanta Isabel –conocida como ‘La Chata’–, presidía la inauguración de un teatro situado entre las calles de San Roque y la Corredera Baja de San Pablo de un Madrid que no contaba entonces con metro ni, casi, luz eléctrica, y que no estaba todavía atravesado por la Gran Vía. Había ordenado su construcción, siete años antes, don Cándido Lara, conocido como ‘el carnicero de Antón Madrid’ por sus negocios cárnicos. Su deseo era una sala inspirada en el teatro del Palais-Royal de París, y así se lo sugirió al arquitecto, Carlos Velasco. ‘Un novio a pedir de boca’, de Bretón de los Herreros, y ‘La ocasión la pintan calva’, de Ramos Carrión y Vital Aza, componían el programa inaugural. Del teatro escribió entonces Almaviva en el periódico La Época: «Por su tamaño y forma la sala recuerda a la del Variedades, y por la elegancia y lujo de su decorado, a la de La Comedia. Es una preciosa bombonera». Primera entrada al Teatro Lara e imagen de su fundador, Cándido Lara - ARCHIVO ABC Y con ese nombre, ‘La bombonera’ se conoce al Teatro Lara, uno de los más castizos, sabrosos y con mayor solera de la capital. Coincidiendo con el aniversario, el director del espacio, Antonio Fuentes, ha presentado la programación de la temporada 2021-22, en la que sigue su apuesta «por la dramaturgia española contemporánea y los equipos jóvenes». Desde hace unos años, el Lara se ha convertido en una ‘multisala’ con varias obras semanales en cartel en sus dos espacios. La intención de sus responsables es vincular al teatro con una serie de compañías jóvenes que sientan el teatro como su casa. «Creemos que la apuesta por textos de autores nacionales y el apoyo a directores emergentes nos ha acercado a un público cada vez más joven», dice Fuentes. Recorrido por el interior del teatro con actores como guías - ABC Actualmente, el Lara presenta (o está a punto de estrenar) ocho espectáculos en la sala principal, que lleva el nombre de su creador, Cándido Lara, y otras once en la sala Lola Membrives –una de las grandes actrices vinculadas a este teatro. El cartel incluye piezas como ‘El mensaje’, de Ramón Paso –función a la que se ha incorporado Miriam Díaz-Aroca como protagonista–; ‘Sueños de un seductor’, de Woody Allen; ‘La llamada’, de Los Javis (Javier Ambrossi y Javier Calvo), que, con ocho años en cartel, es uno de los fenómenos de la escena española reciente); ‘Sidra en vena’ y ‘Pisazo’, escritas y dirigidas por Juanma Pina y producida por Montgomery Entertainment –una de las compañías ‘de la casa’; ‘Johnny Chico’, un monólogo interpretado por Víctor Palmero; ‘El móvil’ y ‘Besarte, mimarte, follarte’, ambas de Ramón Paso; ‘Gross Indecency’, dirigida por Gabriel Olivares; o ‘Bernarda y Poncia (Silencio;nadie diga nada)’, un ‘spin off’ del texto lorquiano que escrito Pilar Ávila y ha dirigido Manuel Galiana (que debutó en el Lara, precisamente, con ‘La casa de los siete balcones’, de Alejandro Casona, el Sábado de Gloria de 1964. Mayo de 1927:«Una noche de primavera sin sueño», representada en el Teatro Lara - ARCHIVO ABC La historia del Lara es, de algún modo, la historia del teatro madrileño. Por él pasaron en sus primeros años nombres como Balbina Valverde –Primera Dama del Lara durante tres décadas–, Lola Membrives, Rosario Pino, Leocadia Alba, Catalina Bárcena, Jerónima Llorente, Ruiz de Arana, Ricardo Zamacois o Emilio Thuillier. Allí se estrenaron, por ejemplo, ‘Cenizas’ (1899), de Valle-Inclán; ‘Los intereses creados’, de Jacinto Benavente; ‘Doña Clarines’ (1909), de los hermanos Álvarez Quintero; ‘Canción de cuna’ (1911), de Gregorio Martínez Sierra; o ‘El amor brujo’ (1915), de Manuel de Falla, Y el público respondió: en las primeras cincuenta temporadas, contaba Antonio Díaz-Cañabate, no se perdió dinero más que en una, «la que coincidió con los derribos de la Gran Vía, por lo que el acceso al teatro de Lara era imposible». Grandes nombres En 1942 se hizo cargo del Lara Conrado Blanco, José María Pemán y Joaquín Calvo Sotelo estrenaron allí buena parte de sus comedias, y también lo hicieron Juan Ignacio Luca de Tena, Alfonso Paso, Víctor Ruiz Iriarte, Edgar Neville, José López Rubio y Antonio Buero Vallejo, entre otros. Sus retratos se encuentran hoy en las paredes de la histórica sala del Parnasillo, donde se reunían autores, actores y directores para leer las obras. A toda esta historia –incluida la del fantasma de Lola Membrives, que asegura la leyenda que se deja sentir por el teatro– se dedica el espectáculo permanente que presenta el Lara: una visita dramatizada por el interior del teatro que llevan a cabo Patricia Estremera y Alfonso Mendiguchía (Los Absurdos Teatro).

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