«Sentí que volvíamos a casa». Un presidente regional del PP resume así lo que sintió en el congreso nacional de Sevilla , del que este fin de semana se cumple un año y que supuso el relevo de Pablo Casado por Alberto Núñez Feijóo en la presidencia del partido. «La anterior etapa quedó en un paréntesis dentro de lo que es el PP, ya ni me acuerdo de aquellos años, es como si no hubieran pasado», continúa ese mismo líder territorial. El 2 de abril de 2022, Feijóo fue proclamado presidente nacional con el 98,5 por ciento de los votos y abrió así un nuevo capítulo en la historia del PP y quizás en la de España. Esto último se sabrá a finales de año, cuando se celebren las elecciones generales. En estos doce meses, Feijóo ha conseguido consolidar al PP en primera posición en la mayoría de las encuestas , siempre con la excepción, a estas alturas ya honorífica, del CIS de Tezanos. En la semana de la implosión interna del PP, en febrero del año pasado, el enfrentamiento de Casado con Ayuso produjo una hecatombe demoscópica en el partido, una caída sin precedentes en las encuestas, hasta quedar por debajo de Vox en algunos estudios. Ahora, el PP de Feijóo se ve consolidado en torno al 32 por ciento de estimación de voto, según los datos de GAD3, y con posibilidades de gobernar. Noticia Relacionada barómetro de gad3 para abc estandar No Los bloques de derecha e izquierda se mantienen estables ante el 28-M Mariano Calleja El PP ganaría las elecciones generales, con un 32,4 por ciento y hasta 143 escaños, y sumaría mayoría absoluta con Vox «Ha sido un rearme demoscópico», destacan en Génova. «Nos falta crecer aún dos o tres puntos para consolidarnos», replican fuentes territoriales del partido, que no se fían en absoluto de lo que pueda ocurrir en los próximos meses. «Sánchez no tendrá escrúpulos a la hora de utilizar todos los resortes institucionales y económicos para volver a gobernar. Aunque no gane, si suma un diputado más volverá a gobernar», avisan. Por eso en el PP el optimismo se intenta camuflar con una buena dosis de prudencia: ven a Sánchez capaz de todo. La relación con Vox ha marcado en parte este primer año de Feijóo al frente del PP. Estrenó su mandato con un gesto significativo relacionado con ese partido, al no asistir a la toma de posesión de Mañueco en Castilla y León , tras sellar un gobierno de coalición con la formación de Santiago Abascal. Su estrategia ha sido muy diferente a la de Casado: nada de enfrentamientos hostiles ni de seguidismo. Simplemente, Feijóo pidió a los suyos que actuaran como si Vox no existiera . «Somos dos proyectos distintos, no debemos actuar mirando hacia ellos», comentan en el PP. Uno de los objetivos principales de Feijóo al llegar a la séptima planta de Génova fue ensanchar el PP , a la derecha pero también a la izquierda, recuperar esa gran mayoría de casi 11 millones de ciudadanos que dieron la absoluta a Rajoy en 2011. Eran otros tiempos, sí, porque la 'nueva política' aun no existía y Ciudadanos y Vox, a nivel nacional al menos, tampoco. Y ese es uno de los logros que se apunta el equipo de Feijóo: haber roto las paredes estrechas del partido. En Génova lo llaman «rearme ideológico» . Ganar por el centro izquierda ha sido una de las obsesiones de Feijóo, que ha querido atraerse al votante socialdemócrata decepcionado con Sánchez, y según los datos de Génova lo ha conseguido en parte: calculan que unos 800.000 exvotantes del PSOE se pasarían ahora al PP. A Ciudadanos le dan por finiquitado, con buena parte de sus electores, el 33 por ciento según GAD3 , en las filas del PP. Y por la derecha, en Génova creen que también están recuperando votos de Vox (el 13 por ciento, según GAD3 ), entre los electores que piensan que para ganar a Sánchez hay que concentrar los apoyos en el PP. El giro social Ese «rearme ideológico» del que hablan en Génova ha estado relacionado con un giro en la política social del PP , impensable hace muy poco en este partido. Han hecho bandera de la defensa de las mujeres frente al 'error' de la ley Montero del 'solo sí es sí' . Así han intentado que la bandera del feminismo ya no sea exclusiva de la izquierda, han consumado un cambio radical respecto al aborto , al aceptar la ley de plazos , y, lo más reciente, se han mostrado a favor de debatir y regular la gestación subrogada siempre que sea altruista . Las llamadas a Génova y a las sedes territoriales ante estos giros se han multiplicado, con dirigentes del PP preocupados por lo que consideran una 'imposición' frente a lo que marcó el último congreso ideológico del partido, en el año 2017. Precisamente, Feijóo ha evitado el debate ideológico en las filas del PP. No lo hubo en su congreso ni tampoco en ninguno de los congresos regionales que se han celebrado en estos últimos doce meses. «Ya lo habrá en el próximo congreso nacional», replican desde Génova. En su año I, Feijóo puede apuntarse el tanto de la 'unidad', principio sagrado en cualquier partido, y quizás más en el PP. El líder del PP ha acabado con las guerras entre la dirección nacional y las regionales y ha dado libertad de actuación a los barones , siempre que no salgan de la estrategia nacional. «Ahora Génova confía en nosotros, nos deja libertad de actuación», comenta uno de los barones. Feijóo, año primero La foto de Aznar y Rajoy La foto de Aznar y Rajoy en Valencia fue el mejor ejemplo de la unidad que vive el PP ahora. Génova cree que no es el momento aún de que Casado participe en actos públicos. «Por su bien». Libertad de los varones «Yo siempre me he sentido escuchado, pero Feijóo respeta extremadamente a los presidentes autonómicos y su capacidad de decisión», subraya el presidente de Murcia, Fernando López Miras. El 'boom' andaluz Las elecciones andaluzas de 2022 fueron las primeras que se apuntó Feijóo como presidente. «Marcaron un punto de inflexión claro». Relación con Sánchez No existe la comunicación. «Ambos no se soportan, la relación es pésima», afirman en el PP. Esa libertad incluye la de los pactos postelectorales , aunque las directrices marcadas están bastante claras: primero, ganar, y después, intentar siempre gobernar en solitario. Tras las elecciones del 28-M, Feijóo evaluará los resultados y cada candidato responderá en función de estos. Nadie tiene asegurado su puesto si no responde a las expectativas. Al hacer balance, y más allá de la parte positiva de este año que todos los barones consultados reconocen, algún dirigente territorial apunta a que a Feijóo le ha faltado sellar un pacto de Estado con el Gobierno . «Habría reforzado su perfil presidencial y habría dado más credibilidad a toda la estrategia». El líder del PP lo ha intentado, con cuatro grandes acuerdos: económico, energético, reforma de la Justicia y seguridad exterior, a los que podría añadirse el de la Presidencia de la UE. La falta de acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial ha marcado también este año, aunque en el partido se comenta que si llega a cerrar un pacto con Sánchez, con todas las decisiones que ha tomado relacionadas con la Justicia, el principal dañado habría sido el líder del PP. La incomunicación con Sánchez ha sido lo habitual este primer año de Feijóo. La última vez que hablaron fue en octubre. Los puentes están totalmente rotos, sin posibilidad visible de restaurarse: «Feijóo y Sánchez no se soportan, es así. La relación es pésima, sin ningún entendimiento de ningún tipo», resume un barón del PP.
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