lunes, 24 de abril de 2023

El restaurante del incendio mortal excedía con creces la superficie legal máxima de adornos inflamables

El caso del incendio doblemente mortal en el restaurante de comida italiana Burro Canaglia , en la plaza de Manuel Becerra (Salamanca), podría esconder una cadena de irregularidades que, de haberse solventado por parte de la empresa, habrían evitado la tragedia. Distintas fuentes del caso apuntan en la misma dirección: esclarecer si los encargados se saltaron la normativa que regula la decoración del establecimiento tras la reforma. «Aquello tenía material combustible para dar y para regalar, y eso no es normal», apuntan. Es cierto que el local donde se encontraba la pizzería tenía licencia de restaurante desde 1997; pero el negocio que ardió la noche del pasado viernes había solicitado el traspaso en diciembre de 2021. Luego, vinieron la reforma y la apertura. Lo que se intenta saber ahora es si habían informado a los técnicos del distrito que iban a utilizar todos esos elementos peligrosos, pues están prohibidos«, señala un informante. Cosa que, a todas luces, nunca ocurrió. Concretamente, aluden al código técnico de edificación , una normativa que es muy clara al respecto: cuando un local abierto al público cuenta con más del 5% de su superficie cubierta con material del tipo telones, plástico o cualquier otro similar, debe asegurarse de que son ignífugos e incombustibles, y de que no son capaces, en caso de incendio, de traspasar el fuego a otros elementos. Noticia Relacionada estandar No Un 'influencer' alertó hace tres semanas del cóctel inflamable de 'plantas' y pizzas Inferno a un encargado del restaurante de Manuel Becerra Aitor Santos Moya El usuario Purogocheo explicó a sus cerca de 60.000 seguidores en Instagram los riesgos de un local que sí cuenta con licencia de cocina El Grupo de Delitos Violentos (DEVI) de la Brigada Científica de Madrid está, al cierre de esta edifición, de recibir el informe de los Bomberos del Ayuntamiento . Este lunes a mediodía, los agentes de la Jefatura Superior de Policía acudieron de nuevo al local, para realizar una segunda inspección ocular. Todo apunta a que la decoración era totalmente inapropiada. Normas sobre el flambeado Los datos recabados por el momento señalan a que, supuestamente, el camarero fallecido, de sólo 25 años, salió de la cocina hacia la mesa de los comensales, en el centro del salón, con la 'pizza inferno', que es como se llama el plato, y que acabó el flambeado justo al llegar a los clientes. Es una manera de hacer 'espectáculo' en estas experiencias gastronómicas. Pero hay otra normativa al respecto, según detallan a ABC fuentes del suceso, la que regula el uso de llama viva fuera de las cocinas: «Debe hacerse en una zona segura, estable y por supuesto que no supongo un riesgo por el uso del fuego, cosa que en este caso no ocurrió, a la vista de lo sucedido». Es más, el empleado que la utilice debe también haber recibido una formación concreta. El camarero, Julián Robles Aparicio, llevaba apenas una semana trabajando en Burro Canaglia. La Policía Científica, ayer, en el lugar de los hechos ep Todo fue un despropósito, señalan los informantes, que, sin embargo, manifiestan que siguen abiertas todas las hipótesis. «Las licencias no deben contemplar los elementos decorativos; lo que se plantea aquí es que no lo comunicaran a Urbanismo, aunque no tenían obligación de hacerlo. El Ayuntamiento no da licencias de decoración, es el responsable del local el que debe salvaguardar que no se utilicen materiales peligrosos». Fuentes municipales no pudieron precisar ayer si se hubo inspecciones. Ni rociadores ni salida de emergencia Tampoco había rociadores porque sólo son obligatorios en locales muy grandes (el siniestrado medía unos 125 metros) y por la misma razón la salida de emergencias estaba sellada: «Si hubiese seguido abierta, se habría evitado la tragedia». Según las pesquisas, podría considerarse un accidente laboral, por lo que pasaría a la Policía Municipal. De ese modo, sería la empresa matriz, con sede social en Sevilla, la que tendría que responder penal y civilmente a las familias de los dos fallecidos (el joven camarero, de Alicante y aspirante a músico; y una enfermera de Guecho que cenaba con una amiga a su paso por Madrid). De los 12 heridos, uno está muy grave.

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