jueves, 27 de abril de 2023

Cinco órdenes de búsqueda y decenas de antecedentes: el historial del autor del atropello mortal en Madrid y sus acompañantes

Doscientos euros, cuatro puntos del carné y una noche en el calabozo. Esto es lo que valen dos vidas humanas (y las lesiones provocadas a otras cinco personas) para el conductor que, ayer a mediodía, se llevó por delante a media docena de personas en el paseo de Extremadura, en el distrito de Latina. Pedro V. S. estuvo huido durante más de siete horas, hasta que decidió entregarse en comisaría. Según ha podido saber ABC, este español de 31 años perteneciente a un clan asentado en Fuenlabrada y que escapó durante más de siete horas dejando a su familia y el vehículo atrás, era buscado por la justicia. Pendían sobre él dos requisitorias de juzgados por delitos menores, al parecer por robos de distinta entidad. Era un experto en hacerse con catalizadores ajenos. Además de estas buscas, ya había sido detenido en varias ocasiones por otros asaltos. Fuentes de la investigación de toda solvencia añaden el hecho de que en el Mercedes que conducía y que estaba a nombre de una mujer, su pareja llevara en brazos a un bebé de ocho meses (su hija), y no atada en la sillita especial homologada. El temor a ser multado, pero también llevado ante los jueces que lo buscaban, le llevaron a saltarse la orden de parada de la Guardia Civil y recorrer unos 25 kilómetros hasta acabar con las vidas de dos ancianos en plena avenida del barrio de Latina. Fuentes policiales señalan a este diario que el coche estaba ocupado por Pedro, y todo apunta a que él iba conduciendo pese a que tenía el carné retirado ; otro varón de su familia en el asiento del copiloto, y su mujer e hija en la parte trasera. Tras abandonar la carrera el enclave, la Policía lo buscó tanto en Fuenlabrada, donde residía, como en Puente de Vallecas, lugar en el que vive su madre. No lo hallaron en ninguna de las viviendas. Noticia Relacionada estandar No Se entrega el conductor homicida de Madrid: Pedro, un merchero experto en robar catalizadores y con dos buscas en vigor Carlos Hidalgo Policía y Guardia Civil buscaban a este sujeto, nacido en 1991 y vecino de Fuenlabrada, que acaba de ser padre, que tenía el carné retirado Sus acompañantes fueron detenidos en el lugar del suceso por agentes de la Policía Nacional, en la confluencia con la calle de Saavedra Fajardo, donde abandonaron el coche al verse rodeados. Ella, nacida en 1998, cuenta con múltiples antecedentes por delitos contra el patrimonio y tiene, además, tres requisitorias en vigor: dos judiciales y una de la Policía Nacional; el otro hombre, de 26 años, también cuenta con reseñas por robos con fuerza. A estos se añaden, por ahora, los presuntos delitos de homicidio y desobediencia, a la espera de que se esclarezcan todas las circunstancias de este atropello mortal. De la niña, de 8 meses, se hizo cargo Samur Social a la espera de encontrar a familiares que pudieran atenderla. «Salieron escopetados» La huida de 25 kilómetros de este experto en robos de catalizadores comenzó cuando circulaban por la M-406, entre Leganés y Fuenlabrada. A la altura del kilómetro 6, una patrulla del destacamento de Tráfico con sede en Leganés de la Guardia Civil observó que la bebé no iba anclada como debía. Procedieron a darles el alto; «pero, lejos de parar, salieron escopetados hacia Madrid». Los agentes, para evitar males mayores, les hicieron un seguimiento con la velocidad controlada y no llegaron a ponerse encima de los fugitivos. Cuando estos iban a entrar por la A-5 (autovía de Extremadura) en el término municipal de Madrid, dieron aviso a la Policía Municipal. En total, les seguían dos patrullas del Instituto Armado y la del Cuerpo local, cuando penetraron a gran velocidad en el paseo de Extremadura, una de las vías más transitadas del sur de la capital. Ni los semáforos en rojo les hicieron detenerse, aunque eso pudiese suponer dar muerte a todo el que se cruzase en su camino. Así terminó ocurriendo. Eran las 12.50 horas cuando Pedro y sus compinches alcanzaron la zona del Alto de Extremadura. Los peatones cruzaban como era debido el paso de cebra que hay a la altura del número 158, pero a los tres ocupantes del Mercedes no les importó. Por delante se llevaron a un hombre , de 72 años, que salió despedido unos 30 metros hasta impactar contra el asfalto, además de a otras tres personas (un matrimonio de 65 años y una mujer de 90) que resultaron heridas. Teresa y Guillermo fueron los supervivientes, todavía con el susto en el cuerpo. «Veníamos de hacer la compra; si no llega a ser por mi marido no lo cuento», afirmaba ella minutos después de recibir el alta en el lugar, tras sufrir solo «un rozón» en la rodilla. «El coche apareció a gran velocidad. Hubo gente a la que le dio tiempo a retroceder, pero a él no», cuenta Antonio, un vecino de la zona que estaba dando un paseo. Ahora, solo piensa en que le podría haber sucedido a él. « Miré y vi el cuerpo por los aires . Impactó en la carretera, destrozado, con sangre por todos los lados. Me quedé paralizado hasta que me di cuenta de que era una persecución», continúa el testigo. Luego, se desataron los gritos de todos los que lo vieron y que todavía no eran conscientes de la tragedia. Los agentes de la Guardia Civil que venían detrás de Pedro y sus familiares fueron los primeros en atender a la víctima, sin éxito. Metros más adelante, a la altura del número 88, la fatal coincidencia hizo que se cruzasen con otro paso de peatones en verde. Allí nada se pudo hacer por la vida de un hombre de 81 años, que falleció al instante. Con él iba su mujer, que tuvo que ser atendida por un psicólogo de Samur-Protección Civil. En la calzada, a primera hora de la tarde, quedaban las huellas del suceso: un reguero de sangre sobre el asfalto, el zapato marrón de un hombre y un retrovisor arrancado a un vehículo. Tampoco se detuvieron en ese momento, y casi logran alcanzar el puente de Segovia, pero antes, un coche camuflado de la Policía Nacional los interceptó cuando iban en dirección contraria . Se inició una nueva persecución, ya por la zona más cercana a Madrid Río. Estaban acorralados, había llegado el final de esa huida mortal de 25 kilómetros. Intentaron huir a la carrera: sólo Pedro lo consiguió durante siete horas y media; sus familiares ya estaban en los calabozos de la comisaría de Policía Nacional de Latina, donde él se personó acompañado de su abogado a las 20.30 horas debido a la presión mediática y policial. Tras ellos dejaron las vidas rotas de dos inocentes que se cruzaron en sus caminos. Los expertos ladrones, mercheros, son ahora homicidas por no detenerse en un control de la Guardia Civil.

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