jueves, 9 de marzo de 2023

PSG, el enésimo fracaso de un club sin alma

La Liga de Campeones vuelve a convertirse en la peor de las pesadillas de Nasser Al-Khelaifi , el antiguo tenista convertido en empresario que desde 2011 ejerce como presidente del PSG y que, temporada tras temporada, no deja de ver cómo a su equipo se le esfuma el sueño de levantar la Copa de Europa, su gran anhelo y el principal objetivo que le llevó a mudarse hasta la capital francesa. Golpe tras golpe, llanto tras llanto. El 'Déjà vu' de decepciones resulta interminable a pesar de la millonada invertida para reforzar un vestuario por el que a lo largo de la última década han ido desfilando, y todavía continúan con taquilla, algunos de los jugadores catalogados entre los mejores del planeta fútbol. Pero ni unir en los dos últimos cursos a Mbappé, Messi y Neymar , un tridente que asusta al menos por nombres, ha conseguido cambiar la dinámica negativa y esa sangría de fracasos sumó una nueva muesca el pasado miércoles. El conjunto galo, en una pésima actuación coral, cavó su tumba en Múnich, donde el Bayern, que ya había ganado el pulso en París (0-1), remató la faena celebrando otra victoria con su gente (2-0). Quinta eliminación en octavos de final en los últimos siete años para uno de los clubes más poderosos del continente, al menos económicamente. Deportivamente, vuelve a confirmarse que ese músculo resulta mucho más flácido pese al respaldo financiero del gobierno qatarí y que al PSG solo le alcanza para reinar, aunque tampoco luciendo puño de hierro, en su campeonato doméstico. Otro adiós prematuro que reabre la caja de las especulaciones sobre el futuro de Mbappé en una entidad con dinero, pero falto de alma para conseguir besar el cielo europeo. Renovado el pasado verano a precio de oro para evitar su marcha al Real Madrid, Kilian Mbappé aparece ahora como el máximo goleador en la historia del PSG, pero la aportación realizadora del astro francés, que en Múnich estuvo igual de perdido que todo su equipo, no es argumento suficiente para que el conjunto parisino reine en el continente. Tampoco la compañía de nombres como los de Sergio Ramos, Messi (fichados hace dos años) o Neymar , aunque el brasileño se perdió por lesión los dos partidos de la eliminatoria ante el Bayern. Noticias Relacionadas estandar No Mbappé vuelve a la carga con su futuro: «Sólo pienso en la liga y después, veremos» M.C estandar No Bayern - PSG El PSG se habitúa al fracaso en la Champions Rubén Cañizares Los más de 1.500 millones invertidos por Al-Khelaifi en fichajes desde 2012 (180 de ellos solo en el traspaso de la gran estrella francesa) han ido aportando farolillos, lustre y glamour, mucho, a un vestuario por el que también pasaron antes ilustres como Beckham, Cavani o Ibrahimovic . Ninguno de ellos consiguió acabar con ese maleficio que Al-Khelaifi jamás vio tan cerca de poder romper como en 2020, el año que el PSG perdió su única final de la Champions precisamente ante el Bayern, su particular ogro alemán. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 3400 Código APP Aquella final no cambió la historia parisina, pero tampoco supuso el impulso europeo definitivo que se presuponía para un club con un proyecto cogido con pinzas y en el que los nombres siempre parecen ir por delante del colectivo desde el aterrizaje qatarí. Una filosofía que no se ha revertido con la llegada de Luis Campos el pasado verano para ejercer como asesor deportivo ni tampoco con el fichaje de Christophe Galtier como entrenador. El PSG no ha variado de rumbo, a pesar de las quejas veraniegas de un Mbappé al que le prometieron un cambió de guion cuando renovó su contrato, y esta temporada el equipo ha seguido mostrándose como una suma de individualidades más que como un grupo compacto y unido. La eliminación en Múnich es un nuevo golpe bajo para la afición parisina y también para la moral de un Mbappé que vuelve a malgastar una nueva bala para levantar su primera Champions, un título que, como su presidente, también anhela. Desde su llegada a París procedente del Mónaco, el delantero ya ha desperdiciado seis intentos. Una trayectoria mucho más tortusosa aún para Al-Khelaifi y su jefe, el emir Tamin bin Hamad Al-Thani, que acumulan doce años de fracasos europeos en un club incapaz de aprender las lecciones para construir un equipo sólido y compacto, con alma para crecerse y morder en los momentos difíciles. Un espíritu que echó en falta en Munich y del que tampoco hubo rastro en marzo de 2017 en una noches más aciagas del PSG, un equipo que sucumbió en octavos de final en el Camp Nou (6-1) después de viajar con cuatro goles de ventaja (4-0) para afrontar el partido de vuelta ante el Barcelona. Mbappé, la piedra angular Aunque en la previa del decisivo partido ante el Bayern aseguró que no vinculaba su futuro en París a ganar la Champions, la eliminación reabre de nuevo el debate y las especulaciones sobre una posible marcha del delantero, una salida más que improbable aunque con este futbolista siempre queda margen para la sorpresa. Tras el plantón sufrido el pasado verano, el Real Madrid no parece dispuesto a mover fichar porque al campeón del mundo en 2018 le resta al menos un año más de contrato. El propio Mbappé, sin embargo, se encargó de destapar el tarro de las especulaciones con sus explicaciones tras la eliminación en el Allianz Arena. «Estamos decepcionados... ¿hasta cuándo? No sé, hasta el momento hablo de esta temporada, otra cosa no me importa, perdimos contra un gran equipo y tenemos la liga y esperemos ganarla. ¿Mi futuro? Estoy tranquilo, lo único que me importa es ganar la liga, hablo de esta temporada y después veremos». Vigilado muy de cerca por el fair play financiero de la UEFA tras terminar la pasada temporada con un déficit de 370 millones, el PSG tendrá problemas para reforzarse este verano y a Mbappé, piedra angular de su proyecto, le falta el grupo de garantías que se le prometió al renovar.

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