La coalición de Gobierno ha atravesado esta semana una de las mayores turbulencias en lo que va de legislatura. Y la crisis todavía no está resuelta. El PSOE ha necesitado el auxilio del PP para iniciar la reforma de la ley del 'solo sí es sí'. Podemos recibió esa alianza coyuntural no solo con el anunciado voto en contra, sino con un discurso muy agresivo contra el socio mayoritario del Ejecutivo. El espacio para que durante la tramitación parlamentaria los socios puedan acercar posturas es prácticamente inexistente. ¿Es sostenible un Gobierno con ese nivel de tensión y en el que los socios han llegado a un choque tan profundo? Los enfoques sobre cómo navegar lo que queda de legislatura son dispares, y a veces contradictorios. Lo que anticipa nuevos escenarios de fricción. Pero a la vez hay un punto en común que garantiza la continuidad: nadie quiere romper . Pero ninguno quiere que la paz sea a costa de ceder sus posiciones ni de regalar espacio a un socio que es también rival. En medio de ese fuego cruzado se ha querido situar la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz , que ha votado con Podemos para no envenenar más su relación futura con los morados, pero que insiste en la necesidad de un acuerdo. En su espacio insisten en la necesidad de mantener la coalición y en que eso solo es posible «con días como hoy», decían fuentes de su entorno en conversación con este diario, en referencia al acuerdo de pensiones sellado al final de la semana: «Paralelamente al ruido estábamos ultimando un acuerdo de pensiones , uno de los más difíciles técnicamente». Noticia Relacionada estandar Si El choque por el 'sí es sí' eclipsa a Yolanda Díaz: el PSOE cuestiona su liderazgo y Podemos gana espacio Víctor Ruiz de Almirón En Moncloa y en Ferraz critican que la vicepresidenta se limitase a defender un acuerdo, pero sin definir una salida. En este punto recetan una estrategia para garantizar la supervivencia de la coalición: «Trabajar mucho de forma discreta . Pensiones era un campo de minas y ha salido adelante. Hay que hablar más internamente que en los medios». En uno de los ministerios socialistas implicados en esa negociación son algo menos triunfalistas en ese relato y consideran que ha sido «una suerte que la negociación estuviese tan avanzada» para que no se contaminase del clima de tensión. En el PSOE hay voces que abogan por reducir la producción legislativa y «centrarse en explicar todo lo que se ha hecho», explica uno de los principales líderes autonómicos del partido. «La clave de la unión es centrarse en las medidas que funcionan, todo el rato. Y no meternos en más líos». Es un enfoque diferente al que manifiestan desde el espacio de Unidas Podemos: «No hay que tener miedo a negociar nada. Vivienda y 'ley mordaza' son muy complejos pero tienen que salir adelante. Comunicar es complementario a seguir aprobando leyes. Las dos son un compromiso del presidente y hay que priorizar lo que se firmó en el acuerdo de Gobierno». Una advertencia clara en favor de «acabar las leyes en marcha» antes de pretender arrancar otras. Jaime García Yolanda Díaz En el entorno de la vicepresidenta insisten en que se debe luchar para que continúa viva la coalición y reivindican que en paralelo al conflicto y ruido de la votación de la reforma del 'solo sí es sí' se estaba negociando un acuerdo de pensiones que tiene que ser el ejemplo de que todo puede seguir su curso. En la calle Ferraz se apela a la responsabilidad histórica que ambos partidos tienen de que la coalición resista: «El Gobierno no se va a romper . La alternativa es una opción regresiva», señalan fuentes de la Ejecutiva Federal del PSOE. Los socialistas no ven negativo que en algunos puntos se expresen posturas distintas porque «somos partidos distintos». Pero se advierte que «hay que centrarse en lo que une y no en lo que separa; es algo de sentido común». Un destacado miembro del Gobierno limita los choques a puntos concretos pero reconoce que necesitarán «mucha paciencia» para poder sobrellevar la estrategia de presión del socio. Sin embargo existen en el PSOE muchas voces que desconfían de forma clara de Podemos y de su vocación final de acosar las posiciones del PSOE: «Es para lo que nacieron», reflexiona un veterano dirigente cercano a Sánchez. Son pocos, aunque los hay, los que piensan que a estas alturas sería positivo romper la coalición. Incluso los que como este dirigente siempre desconfiaron de Podemos. Pero sí abundan los que abogan por no dar carta blanca al socio minoritario: «El Gobierno tiene que seguir, pero deberíamos repartir papeles. El PSOE tiene que defender sus posiciones frente a Podemos». «En el último año se acelera y es entonces donde pueden aflorar las diferencias. Cada formación necesita marcar su territorio para poder explicarlo a los electores y es cuando se hacen más evidentes los errores» Fuentes socialistas En este sentido, un diputado de la bancada socialista conocedor del estado de las negociaciones se muestra poco optimista respecto a cómo evolucionarán los acontecimientos: «En el último año se acelera y es entonces donde pueden aflorar las diferencias. Cada formación necesita marcar su territorio para poder explicarlo a los electores y es cuando se hacen más evidentes los errores. Lo que ha pasado recoge todos esos elementos». Frente a planteamientos más centrados en «la guerra cultural», los socialistas son más partidarios de poner en primer plano la agenda social. Desde la dirección de Podemos expresan su determinación de aprovechar lo que queda de legislatura para sacar adelante algunas de sus prioridades. Su salida del Gobierno está descartada. Y sus demandas empiezan por no dar por terminado el debate en torno a la ley del 'solo sí es sí'. «Para nosotros lo que sucede esta semana es importante por la foto del PSOE votando con el PP. Eso implica un distanciamiento de la mayoría de la investidura. Fuimos duros porque es grave», señalan desde la cúpula morada de Ione Belarra . Los morados establecen como objetivo fundamental «recomponer» la mayoría de la investidura . Y consideran que el primer paso debe ser una «rectificación» por parte del PSOE en el trámite de enmiendas. Los socialistas tampoco quieren cerrar formalmente la puerta al acuerdo. Pero ninguno cede en sus posiciones. Un pulso que no acaba El siguiente punto en el que Podemos tiene puesto el objetivo es en la Ley de Familias . Existen expectativas de que pronto pueda llegar en segunda vuelta al Consejo de Ministros para aprobar ya el Proyecto de Ley y que se remita a las Cortes. Es una prioridad para Ione Belarra. Aunque la previsión que tienen es que no se reproduzcan los conflictos porque esta cuestión ya quedó muy «encarrilada» en la primera vuelta, en el momento de redactar el anteproyecto. La necesidad de sacar adelante esa legislación, entre otras, es lo que explica que en el espacio morado se descarte por completo una salida del Ejecutivo si el debate parlamentario sobre la ley del 'solo sí es sí' no se reconduce hacia sus posiciones. Ione Belarra e Irene Montero coinciden aquí con Yolanda Díaz en la idea de que hay que «aprovechar los meses que restan» para insistir en lo que llaman temas de coyuntura, y donde tienen un especial protagonismo las medidas para contener la inflación. Cuestión distinta es que esa disputa pueda hacerse con otro estilo menos agresivo, que es lo que demanda el PSOE y también anhela Yolanda Díaz. ¿Va Podemos a cambiar sus formas de presión en las dinámicas de negociación interna? En este punto los morados no son receptivos, porque no aceptan la premisa de que las tensiones tengan que ver con un problema en las formas: «No lo reducimos a una cuestión de tono. Al final, si hay diferencias es porque de fondo hay desacuerdos políticos . Así que la clave para que nos vaya bien es que haya acuerdos». La Ley de Vivienda. Aunque falte poco para el acuerdo, el detalle pendiente es crucial: el carácter permanente y estructural del tope a los alquileres en el 3% anual o una fórmula que, aunque no sea temporal, sí más flexible Y en eso parecen coincidir, aunque con matices, todas las sensibilidades. Desde los más duros del PSOE con Podemos hasta el núcleo morado, pasando por los espacios más posibilistas dentro del PSOE y lo que representa Yolanda Díaz: reactivar la agenda legislativa es importante después de un arranque de año en que han fallado drásticamente las previsiones de placidez que se marcaban en La Moncloa. En este punto todas las partes ponen ya sus ojos, tras el acuerdo en pensiones, en la Ley de Vivienda . Aunque falte poco para el acuerdo, el detalle pendiente es crucial: el carácter permanente y estructural del tope a los alquileres en el 3% anual o una fórmula que, aunque no sea temporal como ahora, sí más flexible. Pero en la coalición ese pacto se ve cerca porque se considera además el activo más importante que queda pendiente para el electorado de izquierda. Y el 28 de mayo se acerca. Más difícil está la Ley de Seguridad Ciudadana. Los socios deben decidir si asumen las líneas rojas establecidas por Interior o hacen fracasar la ley. Estas cuestiones unidas al debate sobre las medidas relacionadas con la cesta de la compra y otros asuntos de menor calado van a llenar los próximos meses. Y en ambas partes de la coalición hay quienes piensan que abrir otros frentes sería un riesgo. En este sentido, el PSOE sigue teniendo pendiente su Proposición de Ley para la abolición de la prostitución. Es una cuestión que volvería a tensar la relación con Unidas Podemos, donde no duda en decir que no es una prioridad. MÁS INFORMACIÓN noticia Si El PSOE trata de bajar la tensión y pide a Podemos que piense en «futuras legislaturas» noticia No Ambiente «tenso» en el Consejo de Ministros: Sánchez monta su propio acto por el 8-M al margen del Ministerio de Igualdad Los socios se conjuran para trasladar la sensación de que su entendimiento funciona, que da resultados concretos y que es irreversible. Aunque su convivencia interna diste mucho de ser idílica y cada uno opte por ocupar sus espacios. Esa será la tónica hasta el final del mandato. Para que cale un mensaje: pese a todo, separarse no es una opción.
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