sábado, 4 de marzo de 2023

De las dudas de Rudiger a la plaga de lesiones: la inseguridad daña al Real Madrid

La euforia que invadió al Real Madrid tras la exhibición blanca en Anfield se acabó de manera efímera ante un presente que, reiterante, recuerda al campeón de Europa el porqué está a siete puntos del líder, el Barcelona , en los primeros compases de marzo. La primavera está a la vuelta a la esquina y en ella, como siempre, se decide este deporte. Cierto es que su pase a cuartos de la Champions está encauzado, pero la irregularidad liguera y, principalmente, la desazón que dejó en el Santiago Bernabéu la enésima derrota en casa ante el peor Barça en décadas, daña el orgullo de un grupo de jugadores de leyenda. El papel en Copa, aunque Ancelotti reitere que hicieron un buen partido, deja ciertas evidencias en un club herido. Una de ellas vuelve a demostrar que la circulación pesada y uniforme en campo rival no es sinónimo de dominio. Otra de ellas incide en que el Madrid no tiene muchas alternativas ofensivas frente a equipos encerrados en su área, equipos que no plantean, a semejanza de ellos, encuentros de ida y vuelta a corazón abierto. Y otra, la última de estas certezas, prueba la incertidumbre en una defensa que, pese a la calidad de los individuos, no acaba de funcionar en su conjunto. Solos ante el peligro El intercambio de golpes es la zona de confort de un Real Madrid acostumbrado a recibir (nueve porterías imbatidas menos que el Barcelona en Liga) y a pegar con más fuerza producto de su calidad. Pero en los dos últimos partidos en el Bernabéu donde reinó el desacierto -donde solo Álvaro le privó la victoria al Atlético, y la derrota blanca en el clásico copero-, los de Ancelotti fueron un equipo vulnerable. El Madrid tuvo el balón en el grueso de ambos encuentros, pero las pérdidas en la salida desde atrás y los continuos contragolpes descuadraron el repliegue local una y otra vez. Cierto es que la defensa del Madrid, históricamente, está habituada a correr hacia atrás en el latifundio; así fue campeón de Europa el curso pasado con Carvajal, Militao, Nacho, Alaba y Mendy en la última línea del campo, un grupo de hombres que pese a sufrir altibajos (especialmente en los laterales) acabaron la temporada de manera óptima. Sin embargo, en esta campaña, el veterano técnico italiano aún no ha encontrado la forma de sacar a la luz la mejor versión de su colectivo en fase defensiva. Asimismo, pese al buen papel de Camavinga desde el pivote, el adiós de Casemiro y la larga baja de un Tchouaméni que se postula como titular hoy en Sevilla, también influyen en esta desprotección. Pero, individualmente, el nivel de algunos integrantes de la línea de contención capitalina no está siendo el esperado por diversos motivos que danzan entre las lesiones, la confianza y el estado de forma. Así, a pesar de la enorme temporada de Éder Militao -Ancelotti dice con convicción que ya es el mejor central del mundo- y el buen papel de Nacho, ni Mendy, ni Alaba, castigados ambos a las dudas y las lesiones musculares están a su mejor nivel. Tampoco lo está Antonio Rudiger , un central de renombre continental que aún no ha encontrado la comodidad en el modelo de juego del equipo blanco. El alemán, habituado a jugar a en la defensa de cinco de Tuchel en un Chelsea mucho más conservador que este Real Madrid, comenzó la temporada a la sombra del binomio Militao-Alaba, incrementó su cuota de minutos progresivamente e incluso le regaló una victoria importante a sus compañeros con aquel cabezazo ante el Shakhtar (sangre incluida). Pero desde las lesiones de Alaba , cuando Rudiger empezó a ser un titular con asiduidad, se hizo evidente que su adaptación al Real Madrid estaba lejos de concluir. Porque, actualmente, el germano no está siendo un defensor seguro en la toma de decisiones y, además, es un mar de dudas en la salida del balón. Entretanto, el Betis recibe esta noche (21.00 horas, Movistar LaLiga) a un taciturno Madrid que necesita los tres puntos para seguir en la pelea por la Liga. Además, competirá sabiendo el resultado del líder en su encuentro ante el Valencia; un aliciente claro para recortar o, como mínimo, mantener distancias antes del clásico del día 19 de este mes. Por su parte, los andaluces, un equipo que no sabe jugar aprisionado en su campo para suerte de los blancos, no podrán contar con sus dos mejores hombres: Fekir y Canales , ambos lesionados.

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