
Es junio de 2017 y los navieros españoles Ángel y Álvaro Pérez-Maura (de la empresa Pérez &Cía) tienen problemas graves. Señalados en una causa de corrupción en Guatemala por el presunto pago de 80 millones en mordidas al otrora presidente Otto Pérez Molina y otros funcionarios, la encomienda al comisario José Manuel Villarejo por la que acabarían pagando 7,4 millones de euros para frustrar la investigación y frenar la extradición de uno de ellos no parece funcionar. Su socio en Guatemala, Juan José Suárez Messeguer, lleva en prisión desde que estalló el asunto en abril de 2016 y empieza a impacientarse, con veladas referencias a que tirará de la manta si no cobra. Aunque a regañadientes, porque están disgustados por lo mal pagadores que son los Pérez-Maura, alias ‘los ratones’, dos de sus asesores en este asunto ponen sobre la mesa la posibilidad de recurrir a Felipe González a través de su yerno, Eric Bergasa, de manera que su influencia saque al socio de prisión. El precio, 1,2 millones de euros, prima de éxito incluida. Así lo recoge un extenso informe policial con el volcado de los móviles de varios de los imputados en la pieza Pit del caso Villarejo, que investiga delitos de cohecho en España más los de corrupción y presunta estafa que apunta la Justicia guatemalteca. En el análisis, en manos ya del juez, los agentes concluyen que la persona a la que se refieren como «pelo blanco» es Felipe González, expresidente del Gobierno. Fuentes de su entorno consultadas por ABC señalan que nunca ha intermediado en ningún asunto en Guatemala, como sí lo hizo en Venezuela en favor de presos políticos. Hasta ahora, ni su nombre ni el del yerno habían aflorado en la causa. «¿Y si le pedimos al del pelo blanco que vaya a Guate?» La primera referencia en los chats aparece en un mensaje que el asesor Armando Mateo envía al abogado Enrique Maestre, persona de referencia en este asunto para los Pérez Maura. Le hace saber que está «con Eric» y que «parece que el viejo ha dicho que p’alante». La idea es influir directamente sobre la Comisión Internacional que acusa en Guatemala. «El martes te hago saber si lo acepta y cuánto», añade. A continuación, informa a Maestre de que le ha llamado «ratón para pelo blanco» y que los dos hermanos están «horny» (excitados) con el tema. «¿Y si le pedimos al del pelo blanco que vaya a Guate?», plantea. «¿Como le vas a pedir a un icono que se meta en un charco como ese?», contesta Maestre. Para Mateo, lo que está claro es que «F» es su mejor baza. «F está dándole vueltas» La confirmación llegará en julio. Mateo vuelve a escribir. «F está dándole vueltas a cómo hacer el enlace (...) me ha pedido un par de días para pensar. Lo cual es positivo por varias razones, la primera porque parece que presupone que acepta el issue» (asunto), comenta. El día 19, el primero escribe al segundo que «el del pelo blanco está on board» (a bordo). «¿Precio?», contesta Maestre. «El que nosotros le queramos dar», replica Mateo. Han de cerrar los flecos, pero tienen septiembre de horizonte para «firmar y pagar». A finales de agosto, convienen cómo trasladar el mensaje a los Pérez-Maura y «venderles» que con la intermediación de González estarán «en posición de pedir que el hippy (el socio) se vaya a casa». Cuentan con otra «baza», según Maestre, y es «lo que se ahorran ahora de la magia», que lo han de emplear «en el del pelo». «La Magia» es la mediación que se suponía iba a realizar para lo mismo el exmagistrado Baltasar Garzón y por la que los Pérez Maura han reconocido ante el juez que pagaron un millón de euros a Villarejo sin que conste en la causa que acabase llegando a él. A finales de agosto ya tienen presupuesto: 1,2 millones de euros. «250 fijo, 450 una vez que el hippy salga y 550 cuando llegue a España». Con Eric, dice Mateo, «ha ido bien» porque le pagarían «50 mil» de provisión de fondos «y el resto a éxito». «Él me ha pedido firmar con nosotros, no con PM», añade en referencia a los Pérez Maura, y cuando Maestre se interesa por la opinión de los navieros, la respuesta es tajante: «Les parece bien». El asunto queda sin cerrar:«Bergasa me ha mandado a la mierda. Estoy quedando fatal con Felipe», dice uno de los implicados Pero un par de días después, Maestre alecciona a Mateo sobre lo que debe decir a los navieros, que han «rebajado 50K» de lo previsto: «Les diría que F se ha sentido muy molesto por el choteo (…) y que a día de hoy se inclina por no llevar el asunto». «Yo haría eso para que el lunes se coman lo siguiente: después de poco hablar, F me ha dicho que sus condiciones son 500 a la firma, 300 a la salida de casa y 50 a la vuelta a España, además todos sus gastos de billetes y alojamiento para él, su tío de seguridad y su yerno». Tienen, en todo caso, dos problemas. «Eric no puede decir» que va a medias con ellos en el asunto y cuando hable con los «ratones», deberá hacerlo en su nombre «y en el del pelo blanco». «Si Eric dice que su suegro no sabe nada estos salen corriendo (...) Eric y su suegro son un equipo», avisa. Mateo asegura que no le mencionará en una negociación con un imputado por corrupción, que ya sabe «como son los socialistas», pero no ve inconveniente: «pelo blanco» estará «en la sombra». Los cambios del contrato Maestre está convencido de que el negocio se irá al garete pero Mateo le va informando de que sigue adelante. El 24 de septiembre le mand a «el contrato de los ratones» para que dé su aprobación y se lo reenvían a ellos. Pero Álvaro Pérez Maura pide el detalle de las acciones para incluirlo en el documento. «Estos aún no se han dado cuenta de que hemos conseguido que un tipo de nivel mundial trabaje con nosotros». En octubre, modificado el texto, los navieros les dicen que debe aprobarlo el Consejo de Administración, se presume que de Pérez y Cía. Temen que sea un pretexto. «Yo creo que piensan que La Torre (en relación a la empresa en Torre Picasso de Villarejo) les va a resolver todo sin el del pelo blanco». Finalmente, se acaba octubre sin firma y Mateo reconoce que el yerno de González le ha mandado «a la mierda». «Estoy quedando fatal con Felipe», añade. «Sí, yo creo que debemos romper», contesta Maestre. Aún no lo tenían claro, pero el 3 de noviembre cayó Villarejo. «Eso les rompe el culo», comentan. No hablaron más de ello.
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