La tecnología se ha metido en nuestra vida y, casi casi, en nuestras venas. A través de ella se puede acceder a cualquier gestión, compra, consulta, petición de información o servicio. Y quedarse descolgado de esta carrera equivale a perder el tren de la modernidad. En el Gobierno de Madrid quieren impulsar la digitalización en todos sus ámbitos: desde la administración a la empresa, y por supuesto, en el uso cotidiano. Una consejería específica con más de 250 millones de euros de presupuesto y varios planes concretos están ya en marcha para convertir la región en la más digitalizada de España. La idea es que prácticamente desde el móvil se pueda acceder a cualquier servicio público. Desde la telemedicina a la teleadministración. Aprovechar el tirón que ha supuesto la pandemia y el confinamiento que la acompañó para el desarrollo de habilidades en esta materia, en las gestiones, en el comercio, pero también, por ejemplo, en el ámbito educativo: la plataforma EducaMadrid llegó a convertirse, el 13 de enero de 2021, en la cuarta web más visitada de España, después de Google, YouTube y Facebook, y casi duplicó el número de visitas de Amazon. Ese día ofreció más de 80 millones de páginas. Pero para que el Madrid digital funcione, explica el consejero Carlos Izquierdo, hace falta primero un plan de ‘alfabetización’ para acabar con la brecha digital en aquellos sectores de la población aún alejados de las tecnologías. Como los mayores, las mujeres o en algunos casos los niños —expertos en su uso pero necesitados de asesoramiento y supervisión—. Y, sobre todo, pymes y autónomos, donde también se detecta desde esta consejería una necesidad de reforzar el manejo de las nuevas tecnologías. Zonas de sombra En su consejería, de Administración Local y Digitalización, trabajan a toda máquina para desarrollar, en los dos años de esta cortísima legislatura, los cimientos de esa nueva dimensión de Madrid. Con una idea como meta, que apuntaba hace sólo unos días la presidenta Isabel Díaz Ayuso: «Ser el centro digital del sur de Europa». Un paso será conseguir que los ciudadanos de cualquier punto de la región puedan acceder a internet. «Iluminar las zonas de sombra», explica Izquierdo, que a veces existen en los pueblos más pequeños, donde no resulta rentable a las compañías llevar esta tecnología. Para evitar que estas poblaciones queden descolgadas, se promoverá que sea directamente la Comunidad de Madrid la que contacte con las operadoras, para involucrarlas en dar cobertura a zonas completas, incluidas todas sus localidades, incluso las menos pobladas. También se prevé poner en marcha cuatro clústeres —conglomerados de empresas de una actividad común ubicadas en la misma zona— temáticos. Serán los cuatro motores de la transformación digital del tejido productivo de la región. Los cuatro clústeres estarán repartidos por la Comunidad, ubicados en áreas estratégicas donde se dé cita la tecnología. La Agencia Madrid Digital será la encargada de desarrollar estos objetivos. Y para ello contará, en 2022, con casi 240 millones de euros, un presupuesto que supone un incremento del 23,7 por ciento respecto al anterior. Inteligencia artificial El clúster de Transformación Digital se centrará en las llamadas tecnologías disruptivas: las que dejan obsoletas a otras anteriores, como los drones o la impresión 3D. Se persige con él mejorar los procesos productivos, aumentar la competitividad y la conectividad entre empresa, y ayudar a la toma de decisiones y al trabajo colaborativo. El dedicado a Inteligencia Artificial va a utilizar por ejemplo los sistemas expertos —que tratan de simular el proceso de razonamiento de un profesional humano— para avanzar en la automatización de procesos. El objetivo es reducir el error humano y poder realizar simulaciones y predicciones más realistas, además de ayudar en la toma de decisiones críticas. Un ejemplo práctico de su aplicación será la Estrategia de Automatización Robótica de Procesos, que tiene como objetivo liberar a los empleados públicos de determinadas tareas o trámites más rutinarios. Un tercer clúster es el dedicado al internet de las cosas: se pueden mejorar a través de él los servicios al cliente, mediante por ejemplo el funcionamiento de sensores que enciendan o apaguen las luces de un edificio cuando detecte presencias. Por último, está el clúster de cadena de bloques o ‘blockchain’ en su término inglés, que crea una cadena de registros contables de transacciones de cualquier tipo que son seguras gracias a un cifrado. Permite mejorar el grado de confianza en esas transacciones y en los procesos de cualquier organización en los servicios que prestan, porque «cualquier intento malintencionado de malversación de estos datos requerirá modificar todas y cada una de las copias de la cadena de bloques relativa al servicio que se quiera alterar», explican en la consejería.
De España https://ift.tt/3CGnbqf
0 comentarios:
Publicar un comentario