No fue a blanquear el panteón familiar de su abuela amantísima y de su tía solterona, ni se le vio con flores a sus deudos, ni cumplió la tradición patria de ir a buscar a una castañera en El Retiro por buscar tema inspirador. El rodríguez se quedó quietecito en casa alegando una gota falsa en las habitaciones últimas del pie. Necesitaba la soledad. El rodríguez ni siquiera quiso a la familia en casa. Necesitaba espacio para digerir el día, la festividad, el uno de noviembre y demás. No lo pasó ni bien ni mal. Tragó benzodiazepinas por un tubo, consultó la guerra de Ayuso y Egea en la tablet y durmió como un bendito soñando con tabernas y huesos... Ver MásDe España https://ift.tt/3wbEZqN
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