La gran duda estaba en la sustitución de Pedri, jugador idiosincrásico de la España de Luis Enrique. Debutó Carlos Soler, incontenible, y el juego durante bastantes minutos estuvo determinado por su pujanza. España presionaba, llevaba la defensa arriba, y realizaba un fútbol muy directo. Carlos Soler, en el interior, se convertía inmediatamente en otra cosa. En un mediapunta llegador o incluso algo mejor, en otro extremo, un extremo-interior que 'dialogaba' y se doblaba con Ferran Torres, otro jugador flecha. La pareja valenciana marcó el inicio de España aunque el 1-0 llegara, como casi todo, de Alba, máximo asistente. Aún era el equipo de la Eurocopa, reconocible ya, aunque sufriendo mucho más. Se percibió mayor debilidad defensiva, achacable en parte a la... Ver Más
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