sábado, 11 de septiembre de 2021

Manuel Sánchez, el funcionario de la Audiencia Nacional al que da las gracias el acusado

El largo pasillo que en la sede central de la Audiencia Nacional da acceso a las salas donde se celebran los juicios recuerda irremediablemente a un tanatorio, con sus temperaturas por debajo de lo deseable y un paisanaje en corros que comenta en bajito entre el nervio y el susto. Allí, como aquí, también se acaban escuchando buenos chistes porque allí, como aquí, pocas cosas hay que hacer más que llorar o reírse. Y en ese trajinar de gente que espera a que el tribunal decida sobre una o varias vidas -que no son delitos de los de irse con una colleja a casa-, destaca entre abogadas de suela roja y acusados que van del traje caro a las chanclas... Ver Más

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