Sobre la bocina, y con la afición del Atlético dividida al respecto, Griezmann firmó su regreso al Metropolitano. En una última hora de mercado de locura, con su fichaje y otros tantos en el alambre, el francés vio cumplido su deseo de volver a vestir de rojiblanco, así como el de Simeone de contar de nuevo con el jugador con el que tan bien se entendió. Es, sin duda, uno de los futbolistas que más creció con el argentino, de ahí la insistencia de volver a tenerle en el equipo. Dos años después de su sonado adiós, aquel que tantas ampollas levantó, y tras no terminar de cuajar en el Barcelona, Griezmann vuelve a la que fue su casa. Durante este tiempo, el francés no ha sido ajeno a la actualidad rojiblanca, con pancartas en su contra en el Metropolitano y su placa siendo mancillada antes de los partidos. No tardó en pasar de héroe a villano. No obstante, su regreso ahora es una realidad, y el reto que tiene por delante no es otro que volver a ganarse a una afición que no olvida las formas que tuvo. No gustó el documental de 2018 donde anunciaba que se quedaba en el equipo ni tampoco cómo meses después negoció su fichaje con el Barcelona para terminar yéndose en 2019. Gestos que algunos atléticos todavía le reprochan estos días. Bien distinta es la postura del vestuario, donde conserva grandes amistades como Koke, y del entrenador, quien lleva suspirando por este reencuentro casi desde el mismo día que se supo su adiós. Simeone tuvo en Griezmann a un jugador que, más allá de su innegable talento, entendió como pocos la máxima que predica. Durante cinco años, el francés no solo lideró las estadísticas goleadoras, sino que siempre fue de los que más trabajó sobre el campo. De ahí que cuando se puso a tiro este verano, con un Barcelona en crisis, Simeone no dudó en animar a la directiva a lanzarse a por él. Su encaje en el Atlético En cuanto al equipo, Griezmann llega, como en 2014, al campeón de Liga. Sin embargo, al contrario que en aquella ocasión, la plantilla no se ha debilitado -entonces se había ido Diego Costa-, sino todo lo contrario. El Atlético no ha vendido a nadie importante y cuenta con un arsenal ofensivo que permite soñar, con muchos integrantes asentados en un once en el que son fijos por derecho propio. Por eso, aunque sea una debilidad de Simeone, Griezmann tendrá que ganarse un hueco, y competencia no le va a faltar. De primeras, jugadores como Correa o Lemar parten como teóricos titulares, ya sea por su rendimiento la temporada pasada como por lo mostrado en el comienzo de la presente. Otros como Carrasco, quien parece que ocupará de manera definitiva el carril izquierdo, o Llorente, quien también podría tener más minutos en el carril derecho pese a no ser su mejor posición, también empezarían con ventaja. Y arriba, Luis Suárez será un fijo siempre y cuando el físico le responda, conscientes en el club de que el descanso será cada vez necesario en el uruguayo, que ya se fue tocado del partido contra el Villarreal. Cabe esperar que Simeone siga apostando por el sistema que le llevó a ganar la Liga, un 3-5-2 con tres centrales y dos carrileros. En el centro del campo, Koke es fijo, con De Paul, Kondogbia, Herrera e incluso Llorente peleando por acompañarle en la medular. El español, no obstante, podría jugar en posiciones más adelantadas, donde ya brilló en el pasado, o de carrilero derecho, donde ha jugado en estos primeros partidos a la espera de que Trippier esté al cien por cien. Pero con todos en plena forma, Simeone tendrá que elegir, y alguno se tendrá que quedar fuera. Así pues, el argentino podría armar un once de gala con los jugadores que ganaron la Liga y aun así tener en el banquillo a Joao Félix, fichaje más caro de la historia del club, Cunha, apuesta de la dirección deportiva, y Griezmann, ojito derecho de Simeone durante su anterior etapa. La temporada es larga y las rotaciones serán habituales, pero la incógnita es quiénes serán los elegidos para las grandes noches.De Deportes https://ift.tt/3zF2NEn
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