
El Barcelona dará a conocer hoy los apoyos exactos que ha recibido el voto de censura instigado contra Josep Maria Bartomeu, aunque desde este miércoles ya es seguro que el referéndum ha pasado el corte después que la Mesa electoral informara que 18.090 firmas de las 20.687 recogidas son validas (se necesitaban 16.521). Y aún faltan 1.432 por comprobar. El castigo hacia el presidente es enorme aunque las restricciones en reuniones impuestas actualmente por la pandemia del Covid deja en el aire la celebración del referéndum. La votación depende ahora de la Generalitat, concretamente el Procicat (Plan Territorial de Protección Civil de Catalunya), que es el organismo del que depende cómo se debe articular el referéndum. Incluso no se descarta, aunque es una opción bastante remota, que se impida la celebración de la moción de censura, que debería producirse en un plazo no inferior a los diez días ni superior a los veinte. La Mesa está a la espera que el Procicat se pronuncie, aunque el Secretari General de l’Esport, Gerard Figueras, recomendaba la semana pasada que la propuesta presentada por la directiva azulgrana tenga la máxima descentralización posible y la máxima duración para evitar aglomeraciones. «Se aplicarán las restricciones vigentes», aseguraba Figueras, que se explicaba: «Si son las mismas que ahora en cada punto de votación no podrán coincidir más de seis personas a la vez. Si al final no hay voto de censura por dimisión de la junta, el mismo proceso se aplicaría al proceso electoral posterior». Los promotores de la moción no le verían sentido que se vetara su celebración. Se debería adaptar un protocolo adaptado al momento. «Se han hecho elecciones en Galicia y País Vasco. No tendría ningún sentido que no se pudiera hacer. Nuestra propuesta es que haya cuatro puntos de recogida en cada provincia», ha explicado Jordi Farré, promotor de la iniciativa y precandidato a la presidencia del club azulgrana. De todas formas, más allá de las normas aplicables por la Generalitat, la afluencia a la llamada de las urnas puede verse afectada por el temor al contagio, lo que beneficiaría nuevamente a Josep María Bartomeu, al que la plaga del coronavirus ya le ha salvado de escuchar pitos y soportar pañuelos en el Camp Nou. Los partidos de fútbol en el estadio azulgrana suelen ser un foro de opinión en el que pulsar el estado anímico de la masa social culé. Josep Lluis Núñez o Joan Gaspart pueden dar fe de ello, cuando la grada les castigó duramente al estar en desacuerdo con su gestión o con los resultados deportivos que se iban produciendo. Posible dimisión de la Junta Desde la Junta están a la espera de los votos totales de esta moción de censura promovida por tres precandidatos a la presidencia y ocho grupos del entorno azulgrana para obtener la foto definitiva de cómo quedará el proceso. Hay que tener en cuenta que en el referéndum, el 66,6 de votantes deberán aprobar la salida de Bartomeu para que la moción prospere. Desde el club se están haciendo números para saber cuántos fieles a la actual directiva deberían movilizar. De todas formas, tampoco se descarta que Bartomeu opte por dimitir finalmente para evitar la posibilidad de convertirse en el primer dirigente del club al que los socios descabalgaron de la presidencia. De hecho, un sector de su Junta le está presionando para dejar el cargo y evitar la celebración de una moción de censura que, aunque se ganara, le desgastaría aún más cuando ya hay unas elecciones convocadas para la segunda quincena de marzo. Solo supondría adelantar los comicios. Esta próxima semana hay convocada una reunión de la directiva en la que se abordarán todas las opciones. «Esperamos que la directiva en breve dimita y no tengamos que pasar por el mal trago de llegar a un referéndum, que es algo incómodo por el momento en el que estamos y costoso para el club. Pediría que nos lo ahorremos y que ya sean las nuevas elecciones. Que salga un nuevo proyecto y que sirva para unir a todo el barcelonismo», explicó Jordi Farré.
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