jueves, 1 de octubre de 2020

Desastre y encerrona en la cogobernanza

Tras precipitar el levantamiento del estado de alarma mucho antes de lo que el Gobierno hubiera querido, por su incapacidad de afianzar alianzas sólidas con la oposición, el Gobierno entregó la completa gestión de la desescalada a la Comunidades Autónomas. Éstas, con un exceso de confianza en sus competencias, se han encargado durante tres meses de hacer compatible la recuperación de la actividad económica con el control de la pandemia. Y han fracasado. Cataluña y Aragón fueron ya en julio los primeros grandes focos de la nueva normalidad. Durante el mes de agosto el Gobierno, no obstante, consideró oportuno rebatir si España estaba o no en una segunda ola de la pandemia. Cuando se retomó el curso político la dimensión de esa nueva ola no se podía ocultar. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se afanó en hablar de la cogobernanza entre el Gobierno central y las regiones para hacer frente a esta realidad. La fórmula ha fracasado. El caso de la Comunidad de Madrid ha evidenciado «la falta de cooperación» entre administraciones, diagnostica un presidente autonómico. Uno de ellos, y de las filas socialistas, define lo sucedido en estos días como «un desastre». No son pocos en el bando socialista quienes cargan contra Pablo Casado porque interpretan que utiliza la Comunidad de Madrid como herramienta de oposición con el Gobierno. Una presidenta regional sí asegura que hubo «muchísimas críticas a la Comunidad de Madrid». Pero en última instancia son varios los que coinciden en que la cuestión va mucho más allá de un choque PP-PSOE: «Es mucho más complejo. Ni todos los socialistas están cómodos con las formas del Gobierno ni todos los del PP están dispuestos a avalar a Díaz Ayuso», asegura un consejero presente en la reunión. «Nosotros votamos a favor por las limitaciones de la movilidad en Madrid», reconocen en Castilla-La Mancha. Un motivo que llevó a Castilla y León, gobernada por PP y Cs, a dar también su apoyo. Las críticas por las formas del Gobierno son ciertamente transversales. El Consejero de sanidad de Murcia, Manuel Villegas, definió el encuentro como «una encerrona». Desde esta región se criticó que se conociese el borrador de medidas apenas horas antes de la reunión sin dar tiempo a un estudio técnico de las mismas. Incluso el presidente de Asturias, el socialista Adrián Barbón, al que avalan buenos datos en esta crisis, quiso mostrar su disconformidad en la víspera. «No me gustan los acuerdos bilaterales. Ni con Cataluña ni con Madrid», en referencia al pacto previo entre ambas partes.

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