Badosa por fin explota en París

De tanto oírlo, de tanto leer que era o que iba a ser la nueva Maria Sharapova, Paula Badosa se creyó ser alguien que no era y se perdió por el camino, que pronosticaba tardes de confeti y portadas después de proclamarse campeona júnior de Roland Garros y derivó en una depresión con mal pronóstico. Cinco años después, con 22 primaveras, la catalana por fin explota en París, que fue precisamente donde se presentó siendo una niña. Hoy abre la coqueta pista Simone Mathieu (11 horas, Eurosport) ante la combativa Laura Siegemund por un puesto en los cuartos de final de este Roland Garros, imprevisible y repleto de sorpresas, como de costumbre, en el cuadro femenino. Badosa va a por todas. Sin que hayan trascendido los motivos, rompió de sopetón justo antes del torneo con Xavi Budó, que fue precisamente quien le rescató del pozo cuando no veía la luz. El experimentado técnico le dio un impulso a la carrera de la joven tenista y le cargó la mochila de autoestima, que era justo lo que necesitaba. En este Roland Garros, Badosa, quien ha dejado por el camino a Kozlova, Stephens y Ostapenko, descubre sensaciones perdidas en ese tortuoso proceso de madurez que le llevó a pensar incluso en dejar el tenis. «Javi Martí, mi nuevo entrenador, me está aportando está tranquilidad, está confianza. Cuando no hay un entorno que quiere un interés, en la pista puedes ser tú. Si estás feliz fuera de pista es mucho más fácil rendir dentro. Mi vida tenística siempre se ha caracterizado por no tener estabilidad y ahora el entorno es más fácil», dijo después de romper a llorar tras vencer a Ostapenko.

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