lunes, 6 de junio de 2022

Cocinas fantasma, 'coliving' y premio al 'factor verde': las claves de las nuevas normas urbanísticas de Madrid

Hasta 366 acuerdos diferentes en los últimos 27 años. Un galimatías urbanístico que el Ayuntamiento de Madrid finiquitó este lunes en un pleno extraordinario para la ocasión. PP, Ciudadanos y Vox votaron a favor de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) diseñado en 1997, interpretado tantas veces por la comisión de seguimiento y desfasado para escenarios que han proliferado en los últimos años. Cocinas fantasma, 'cohousing' y 'coliving', edificabilidad verde. El nuevo marco, aunque no se trata de una revisión completa del plan, un ejercicio que se alargaría años, pretende «reescribir el urbanismo de la ciudad», garantizó ayer el delegado del Área de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes (Cs). Coto a las cocinas fantasma El batacazo pandémico que sufrió la hostelería fue el acicate para las cocinas fantasma (agrupadas, de acuerdo a su nombre técnico) que se ocultan en bajos de edificios, muchas de ellas en zonas residenciales. Su regulación ha precipitado el pleno extraordinario que se celebró este lunes en el Palacio de Cibeles. Las quejas vecinales forzaron al ayuntamiento a suspender la concesión de licencias en agosto de 2021 y, para evitar un limbo legal, el Área de Desarrollo Urbano necesitaba superar el primer trámite para que el periodo de dos meses de información pública que sigue a la aprobación inicial concluyese antes del 16 de agosto, cuando culmina la moratoria. Problema resuelto. Las nuevas normas urbanísticas entran hoy en vigor con su publicación en el BOAM (Boletín Oficial del Ayuntamiento de Madrid), aunque el área prevé que su aprobación definitiva se retrase hasta febrero o marzo de 2023. Las cocinas fantasma se limitan en zonas residenciales a un máximo de ocho por local, que no podrá superar los 350 metros cuadrados de superficie, y con la zona de carga y descarga en su interior. «También regulamos los almacenajes con reparto a domicilio y la logística», añadió Fuentes. 'Coliving' y 'cohousing' «Tenemos que establecer nuevas formas de habitar, no obligar a la gente a vivir de una determinada manera», empezó el concejal la sexta de las «siete palancas», en sus palabras, que vertebran esta modificación urbanística. Los anglicismos se incorporan a las normas. El 'coliving' como una nueva categoría de residencial compartida, un edificio exclusivo que servirá de vivienda colectiva. El 'cohousing' se incluye dentro del uso residencial y permite reducir el tamaño mínimo de la vivienda a cambio de una misma superficie en zona común. Este apartado recoge además una lección pospandémica: «Las terrazas [y los trasteros] no computarán a efectos de edificabilidad», precisó Fuentes. Los nuevos inmuebles se construirán con más salientes, vuelos, soportales, tenderos, balcones y balconadas. Edificabilidad 'verde' El ayuntamiento recompensará con metros de más las fachadas y las cubiertas verdes y los elementos de sostenibilidad y eficiencia energética, como las placas solares, instalaciones de producción de energía renovable, o los cuartos para guardar bicicletas, consideradas vehículos de movilidad sostenible. «Quien más invierta en materia de eficiencia energética, en mejora de confort y en mejora de las fachadas, más incentivos tendrá en materia de edificabilidad y en materia de ocupación libre del espacio de parcela», aseveró el delegado. Adiós a los planes especiales El nuevo marco borra los engorrosos planes especiales de control urbanístico ambiental. «Esto no quiere decir que reduzcamos en ningún caso los controles ambientales», precisó Fuentes, sino que los complicados trámites administrativos tardarán 18 meses menos. Para ello, el área sustituye el Plan Especial de Control Urbanístico Ambiental de Usos (Pecuau) por los Estudios de Repercusión de Implantación de Usos (ERIU) que, más allá de la nueva nomenclatura, significa incluir las condiciones del primero en los segundos. Una medida para que «cualquier persona, empresario o inversión que quiera implantar un negocio se le dé certeza de cuándo va a poder abrirlo», explicó el edil. Las normas anteriores exigían dos trámites, el del Pecuau y el de la licencia; ahora, solo uno, condensado en la misma licencia. El plazo que se podía alargar hasta tres años y medio disminuye así hasta los seis meses. Pisos turísticos El ayuntamiento no ha tocado el Plan Especial de Hospedaje que aprobó la exalcaldesa Manuela Carmena para atajar los pisos turísticos que en los últimos años han provocado el descontento vecinal. La medida obliga a todos los apartamentos que se dediquen al alquiler vacacional durante más de 90 días a contar con una licencia de actividad para hospedaje, un permiso que exige un acceso independiente desde la calle y que, en la práctica, conduce a la ilegalidad al 95% de estos inmuebles. El Área de Desarrollo Urbano proponía sustituir esa cláusula por concentrar las viviendas turísticas en los bajos y primeros pisos. Sin embargo, un informe de impacto territorial de la Comunidad de Madrid aconseja mantener el acceso independiente del plan de Carmena que avalaron los tribunales. «Se decidió no tocar eso y no poner en riesgo los 366 artículos que modifica la norma», explicó Fuentes, en declaraciones a los medios de comunicación. Hibridación de usos El polígono ISO, una amalgama de antiguos edificios industriales reconvertidos en locales y viviendas en Carabanchel, podrá continuar su evolución sin obstáculos. A través de la hibridación de usos, recogida en la norma zonal 9, que regula las actividades empresariales y «es la norma del futuro de Madrid», afirmó este lunes el delegado. El ayuntamiento modifica los porcentajes asignados a cada uso para permitir que «los usos complementarios y alternativos generen una mayor oportunidad y se puedan generar edificios con usos mixtos», destacó Fuentes.

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