No fue una victoria de relumbrón la conseguida este miércoles ante el suizo Stan Wawrinka (6-2 y 6-3) en el inicio de su temporada de hierba, pero sí gratificante y, sobre todo, ilusionante y esperanzadora para el balear. Rafa Nadal regresó a la competición en el torneo de exhibición de Hurlingham (Londres) 17 días después de levantar su 22 Grand Slam y tras someterse en Barcelona a dos sesiones del tratamiento de radiofrecuencia pulsada al que se encomendó para calmar el dolor que le acompañó en la tierra de Roland Garros. Un problema crónico que le provoca la lesión que sufre desde 2004 en su pie izquierdo. Tras el obligado parón, el español mostró un tenis de alto nivel en su regreso y dejó buenas sensaciones con un sólido triunfo en su camino de preparación hacia Wimbledon, el tercer grande la temporada y un torneo en el que no aparece desde 2019. El español despachó al helvético en apenas una hora, un golpe para subir la moral. Nadal anunció el pasado viernes su intención de jugar el ‘grande’ londinense y el lunes ya realizó su primer entrenamiento en la capital inglesa para probar las sensaciones en su pie izquierdo que, de momento, no parece darle excesiva guerra. Ante Wawrinka, 265 del ranking ATP, el pie respondió, pero también la muñeca. El tratamiento al que se ha sometido funcionó en el primer examen de cierta exigencia y este viernes afrontará la segunda prueba ante el canadiense Felix Auger-Aliassime, que en los octavos de final de Roland Garros le llevó al quinto set. El duelo ante Wawrinka le sirvió a Nadal para ir cogiendo ritmo y para adaptarse a la superficie. El balear, si todo va según lo previsto y no hay contratiempos físicos, debutará el próximo martes en Wimbledon, un torneo que ya levantó en 2008 y 2010.De Deportes https://ift.tt/YCdJlWK
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