El Real Madrid está cerca de firmar una de sus obras maestras. Tras una temporada repleta de lesiones, problemas extradeportivos, fichajes poco resultones, brotes de coronavirus e incluso la baja en las últimas semanas de su líder, Pablo Laso, tras sufrir un infarto de miocardio, los blancos están a una sola victoria de proclamarse campeones de la ACB. Una empresa que parecía imposible hace no mucho y que ahora rozan con los dedos tras su exhibición contra el Barcelona el pasado viernes (81-66), donde consiguieron colocar la eliminatoria 2-1 a su favor. Hoy (18.00 horas, Vamos), tienen la primera oportunidad de cerrar la campaña por todo lo alto. El equipo funciona, es otro, muy pasional y aguerrido en el plano mental y muy superior en lo físico a los catalanes, que se han desinflado como un globo desde que el Madrid los eliminase en las semifinales de la Euroliga el pasado mayo en Belgrado. Tavares, Causeur, Yabusele, Hanga, Poirier... son muchos los nombres que han dado un paso adelante, pero es el argentino Gabi Deck, ‘la tortuga’, el motor sobre el que se explica el renacimiento del equipo. El alero, en tan solo cinco meses desde su vuelta de la NBA, se ha convertido en el núcleo central del equipo, en cuerpo y alma. Con una plantilla inferior en lo técnico si se compara con la del Barcelona, los blancos parecen haberse impregnado de su aguerrido espíritu para igualar la balanza en esta final. «Intento contagiar al equipo cuando está un poco apagado», reconocía el suramericano hace unos meses en una entrevista a este diario. Deck, conocido continentalmente por ser un defensor de élite, ha ampliado sus prestaciones ante las adversidades. A raíz de la plaga de bajas que ha sufrido el grupo en el puesto de base (Williams-Goss, Alocén, Heurtel, Llull), el jugador no ha tenido reparo en coger las riendas del equipo cuando ha sido necesario. Incluso se ha destapado de cara a la canasta en la serie contra el Barcelona, máximo anotador del equipo (11,4 puntos por partido) junto con Causeur y con Hanga y con una serie de tiro espectacular desde la línea de tres, anotando la mitad de los lanzamientos. De hecho, cuando Deck se ha descorchado en ataque, los suyos siempre han ganado. En el primer duelo en el Palau se fue hasta los 14 puntos y el viernes, hasta los 18, estadísticas que le colocan en la carrera por ser el MVP de la final. Un hombre introvertido, apagado incluso, que se transforma cuando hay un balón de por medio. A Deck le costó adaptarse al ritmo de competición europeo tras su aventura americana. Curiosamente, su vuelta coincidió con los peores meses del Madrid. El Covid y las lesiones se lo pusieron aún más difícil e incluso se especuló con que la mala racha blanca tenía que ver con la presencia del argentino en lo quintetos de Laso. A toro pasado, Deck es se ha erigido como motor de un Madrid que sueña a lo grande tras una temporada de pesadilla.De Deportes https://ift.tt/E8Rq2v3
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