jueves, 23 de junio de 2022

Alcaraz, con poco margen ante Wimbledon

A falta de cuatro días para que comience Wimbledon, Carlos Alcaraz apura los últimos entrenamientos y partidos de exhibición para comenzar de la mejor manera el tercer Grand Slam del año. No ha tenido mucho tiempo desde su descanso tras Roland Garros y la lesión en el codo, además, lo ha dejado sin partidos competitivos previos al gran evento. Pero es Carlos Alcaraz, 7 del mundo, 19 años, campeón de cuatro títulos este curso (Río, Miami, Conde de Godó y Mutua Madrid Open) y toda la ilusión por hacerlo bien en el verde. Su entrenador, Juan Carlos Ferrero, aseguraba esta semana que la transición a la hierba siempre es complicada, y ayer lo sufrió el murciano en sus piernas, todavía faltas de esa chispa que ya había adquirido para la superficie rápida y para tierra, en su primer partido de la exhibición de Hurlingham, donde perdió con Frances Tiafoe por 6-4 y 6-2. Cualquier cambio de superficie es compleja. Pero más aún del rojo al verde. Los automatismos adquiridos después de tres meses jugando en tierra batida se quedan clavados en la hierba, que se juega con zapatillas con pinchos y que obliga a una reestructuración de juego, movimientos y desplazamientos más complejo que para cualquier otra superficie. Es lo que buscaba el murciano en esta semana previa a Wimbledon, aclimatarse a ese flexionar más las rodillas o a esos pasos más cortos pero más numerosos por la imposibilidad de deslizarse para llegar bien a la pelota. Se entrenó en Villena en pistas de hierba artificial, pero ya lleva una semana acostumbrándose a la hierba natural londinense, entrenándose con tenistas ya experimentados como Stanislas Wawrinka. Las lesiones han acortado incluso esa ya corta preparación. Surgió el dolor en el codo derecho que lo imposibilitó para jugar en Queen's, por precaución, y todavía va protegida la articulación con un vendaje para que cada día las molestias sean menos y mayor sea la movilidad. «Físicamente viene trabajando bien y a nivel de tenis cuidando un poquito el codo, que tenía el vendaje. Que las bolas sean tan pesadas le molesta un poco. Esta semana es importante de preparación, sentirse bien y que esté todo en el sitio correcto», comentó Ferrero. A pesar de todo, a Alcaraz le sobra confianza y ganas por hacerlo bien de blanco. Y aún tiene el partido de mañana, en la misma exhibición de Hurlingham, contra Casper Ruud. En su raquetero faltan muchas experiencias en blanco y verde, pues esta será su segunda incursión en el Grand Slam londinense después de que debutara en 2021 con una victoria a cinco sets contra el japonés Yasutaka Uchiyama (6-3, 6-7 (4), 6-2, 3-6 y 6-3) y una derrota contra Daniil Medvedev (6-4, 6-1 y 6-2). Al ruso se le acabó ayer la gira de hierba. El ruso, número 1 del mundo, cayó en cuartos de final con Roberto Bautista (6-3 y 6-2) en el Open de Mallorca, su segundo y último torneo en esta superficie, pues no participará en el grande londinense debido al veto de Wimbledon a los tenistas rusos.

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