miércoles, 15 de junio de 2022

Jon Rahm defiende su corona

Brookline (Massachusetts), 1999. La Ryder Cup acaba de manera tormentosa para el equipo europeo, que perdió en el penúltimo partido después de una flagrante descortesía del público norteamericano al invadir el green en el que estaba pateando Chema Olazábal. Ese momento fue un punto de inflexión para el bando continental, que desde entonces encadenó siete triunfos de los nueve siguientes enfrentamientos. En ese torneo debutó en la competición Sergio García, que regresa ahora a este campo después de vivir también un duro comienzo en el LIV Golf de Londres. Para competir en su nuevo circuito, promovido por el fondo de inversión saudí, el castellonense tuvo que renunciar a sus derechos en el PGA Tour, por lo que esta visita a su país de adopción será algo puntual y viene dada porque ya estaba clasificado para el Open USA que hoy comienza en Boston. El aroma que se respira, no obstante, es de reconciliación entre los rebeldes y los hombres que permanecieron fieles al Circuito Americano, algo que corrobora Jon Rahm. «No tengo nada que decir sobre la decisión de Sergio. Pasamos grandes momentos en la Ryder de París y fuimos compañeros en la de Wisconsin; después de dedicarle más de veinte años a este Tour creo que tiene derecho a encaminar su carrera como considere oportuno», comentó el vizcaíno, que ayer jugó su ronda de prácticas con otro desertor, su amigo Phil Mickelson. Esto da a entender que las relaciones personales no se han enfriado después de estar una semana separados por el Atlántico y de reconocer que el dinero nunca ha sido una motivación para él, en contra de lo que pueda suceder con otros golfistas. El vasco y la excelencia «Nunca he jugado a esto por dinero y así lo hablaba el otro día con mi mujer. Si hubiera sido así ya me podría haber retirado hace tiempo y estar dedicado a otra cosa, pero lo que me gusta es jugar contra los mejores y seguir batiendo récords; con 400 millones millones más en el banco y sin poder hacerlo no sería más feliz», indicó el de Barrica. El público que siguió su entrenamiento con el zurdo no lo entendió así y no cesó de hacerle bromas con respecto al dinero recibido en Londres, aunque el californiano, curtido en mil batallas, las lidió con buen humor y sin mayores controversias. Este torneo es especial para el español, dado que defiende el título que tan brillantemente ganó en San Diego el año pasado (el único grande que alumbra su palmarés, de momento) y lo bueno es que ya sabe cómo hacerlo. «La receta para ganar este Abierto está clara: hacerlo todo bien. Tienes que brillar con el ‘driver’, los hierros, los chips, el pat... y estar bien mentalmente durante cuatro días. No puedes esconderte. Creo que tu mayor aliado aquí es la fuerza mental, y eso es lo que necesitas». Como campeón defensor, todas las miradas estarán puestas en él, algo que no le quita el sueño. «No hay una presión adicional por defender el título, de veras. Quiero ganarlo otra vez, eso es evidente, pero la presión que me ponía ya me la quité cuando gané este primer major». El otro nacional participante, aparte de García, es Adri Arnaus. El barcelonés ha elevado su estatus internacional después de lograr su primer triunfo en el Circuito Europeo y debe seguir su buena racha en los grandes después de ser el único que pasó el corte en el pasado PGA Championship. Por lo que respecta a otros favoritos, conocida ya la baja de un Tiger Woods que se reserva para el 150 aniversario del Open Británico, habrá que contar con los de siempre: Scottie Scheffler, Justin Thomas, Rory McIlroy, Jordan Spieth o Colin Morikawa. Los horarios y compañeros de los españoles son los siguientes: - 13:18 h. Morikawa, Jame Piot (amateur) y Jon Rahm. - 18:52 h. Talor Gooch, Adri Arnaus y Tom Hoge. - 19:03 h. Kevin Na, Serio García y Tyrrell Hatton. El torneo se podrá ver en Movistar Golf de 14:30 a 01:00.

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