lunes, 16 de mayo de 2022

Así se despresuriza la antigua Casa de Fieras para ganar un sello ‘verde’

Es lunes y la biblioteca de El Retiro está cerrada, con dos de sus puertas selladas por lonas y ventiladores. Tres niñas se paran delante para que el aire alborote su melena, sonríen y aletean con los brazos, mientras en el interior del edificio despresurizado una decena de personas recoge datos. Un día para estudiar el comportamiento energético de una de las estructuras más representativas de Madrid, la biblioteca Eugenio Trías, erigida en 2013 sobre la antigua Casa de Fieras del parque, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y dentro del Paisaje de la Luz, el eje Prado-Retiro que en 2021 se incorporó a la lista de Patrimonio de la Humanidad. «El objetivo es tomar datos energéticos del edificio para ver en qué situación se encuentra, dónde están las pérdidas energéticas y determinar qué mejoras sería conveniente hacer», explica el jefe del departamento de Mantenimiento y Sostenibilidad del ayuntamiento, Ignacio Montillo. El zumbido de los tres ventiladores conectados en serie se intensifica para expulsar 27.000 metros cúbicos de aire por hora y alcanzar hasta 30 pascales de presión (desde una cifra inicial de 10 pascales). «Se ponen en marcha para extraer el aire del interior y medir el volumen de aire que podemos succionar del edificio, lo comparamos con el volumen propio del edificio y con la envolvente, y vemos si estamos sacando más volumen del que tenemos para ver si hay pequeñas infiltraciones», detalla Laura Robledo, de la empresa Zero Consulting. El humo blanco también indica puntos de fuga térmica - GULLERMO NAVARRO La biblioteca ha sido seleccionada para esta prueba piloto que el consistorio ha adjudicado al estudio de arquitectura Enrique Bardají, en colaboración con Bernd Steinmuller, uno de los precursores del instituto alemán Passivhaus –que concede la máxima certificación de eficiencia energética a la edificación–, y Zero Consulting, especializada en la obtención de este tipo de certificados. Los ventiladores silban y Robledo recorre el perímetro del edificio con una cámara termográfica que capta los descensos de temperatura en juntas y ventanas. «Los puntos más fríos son los puntos más débiles que a nivel térmico tienen pérdidas para evaluar», dice, «mira, ahí se ve la corriente de aire», y señala un palito de madera que se agita solo en una esquina. Los datos de este ensayo conocido como ‘blower door’ (en inglés, puerta del ventilador) se revelarán en el próximo mes junto con las propuestas de mejora. La meta es conseguir uno de los sellos ‘verdes’ que conceden organismos internacionales de prestigio, como Passivhaus, LEED, BREEAM, VERDE (la única certificación española) y DNGB. Sellos que evalúan el confort térmico, la calidad del aire, la percepción de los usuarios... «El edificio tiene que ser cómodo, eficiente y a un coste razonable, no se trata de hacer cualquier tipo de inversión a cualquier precio», señala Arturo García, otro empleado de Zero Consulting, que dispara a las ventanas con una máquina de humo blanco. Eficiencia y patrimonio En las salas tras las fachadas acristaladas de la biblioteca municipal con más afluencia de la ciudad –120.588 visitas y 105.966 materiales prestados el año pasado– permanecen los huecos y rejillas del que fuera el zoológico de Madrid hasta 1972. También los salientes, reconvertidos en rincones de lectura, donde los animales se acostaban al sol; los mismos por los que el humo blanco se cuela delatando las fugas de la estructura. «La fachada sur sufre mucho, el sol le da todo el día, con el calor se dilata y con el frío encoge», señala Montillo, responsable municipal del contrato adjudicado por casi 60.000 euros. El reto, no obstante, es compatibilizar la eficiencia energética con la protección del patrimonio. De ahí la importancia de este proyecto con el que la Dirección General de Patrimonio Cultural pretende identificar las medidas que no pongan en riesgo los valores patrimoniales de la antigua Casa de Fieras. Un ensayo novedoso que el consistorio pretende extender más adelante a otros inmuebles públicos. Una vez el estudio Enrique Bardají analice los datos, recopilados por un sistema informatizado conectado a los ventiladores, determinará el grado de hermetismo y propondrá las reformas que previsiblemente atajarán cerramientos y puntos críticos. En un futuro próximo, la evolución sostenible de la biblioteca Eugenio Trías podrá ahorrarse entre el 60 y el 90 por ciento de su gasto energético mensual.

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