Deporte de códigos especiales, vinculado a la industria, dependiente de relaciones comerciales, de nacionalidades de pilotos, contratos de televisión, aportaciones de patrocinadores y, tantas veces, en el dinero de los padres, la Fórmula 1 suele denominar 'silly season' (la temporada tonta) al tramo del curso que abarca el inicio del verano y concluye con los primeros días de septiembre y el Gran Premio de Monza, donde tradicionalmente Ferrari gustaba de anunciar su pareja de pilotos hace años. La sesión tonta parece que se adelanta este año y Fernando Alonso puede ser uno de los protagonistas. El CEO de Alpine, marca integrada en Renault, Luca de Meo, ha sembrado dudas sobre la continuidad del piloto español en la escudería francesa. La trayectoria de Fernando Alonso está repleta de 'silly seasons'. No en vano es el piloto con más años de bagaje y experiencia en la Fórmula 1. Dieciocho temporadas desde 2001, con intervalos de ausencia por su año de probador en Renault (2002) y su retirada interruptus (de 2018 a 2021), en la que se dedicó al Mundial de Resistencia, el Dakar, las 24 Horas de Le Mans, las 500 Millas y demás. Su regreso a la F1 se produjo por el horizonte de un cambio normativo tan gigante en la categoría que, en teoría, la igualdad de piezas y el límite de presupuestos debía igualar la velocidad de los coches. Estaba prevista para 2021, pero la pandemia lo retrasó todo. Alonso completó un 2021 de reencuentro con su medio y en 2022, con la revolución técnica, esperaba un línea más pareja entre todos los monoplazas. Esto no ha sucedido. Ferrari bautizó su coche 2022 con una gran expectativa, el mejor bólido de la parrilla, pero rápidamente los dos gigantes que han disputado los últimos títulos, Red Bull y Mercedes en Montmeló, han devuelto el status quo a la Fórmula 1. Alpine, la esperanza de Alonso, su 'Plan' para lograr un tercer título, está fuera de ese escalafón. En seis carreras, Alpine está o menos donde estaba el año anterior. Quinto equipo, posibilidad de alcanzar con regularidad la Q3 los sábados y los puntos los domingos, pero poco más en la apariencia. Una victoria de Ocon en Hungría y un podio de Alonso en Qatar en 2021 son las excepciones a la regla. De repente, tal vez antes de lo que suele ser habitual, se ha empezado a hablar de la renovación de Alonso por Alpine. El español acaba contrato y, siendo la leyenda que fue, el eco de la situación se multiplica por veinte. El piloto comentó el otro día en Barcelona que decidiría su futuro en verano, en plena 'silly season' oficial. Y su equipo, a través del director de la escudería, Otmar Szafnauer, explicó que sería «de tontos» no considerar la renovación de Alonso (41 años en julio) como una opción de futuro. Más o menos normal la postura de ambas partes. Sucede que el domingo llegó Luca de Meo, el CEO de Renault, jefe por tanto de Alpine, el hombre que impulsó el fichaje de Alonso por la escudería, y sembró un reguero de dudas respecto al español. «Queremos muchísimo a Fernando, y el trabajo que está haciendo es increíble para el equipo, pero tenemos que buscar una solución para todos, también Esteban y Oscar», dijo De Meo en Dazn. Se refiere a Esteban Ocon, con contrato en vigor hasta 2024, y a Oscar Piastri, el australiano procedente de la F2 que aspira a ocupar el asiento de Alonso en el conjunto francés. De Meo tuvo un lapsus o un rapto de memoria, cuando hizo esta rectificación. «Fernando ha hecho… está haciendo un trabajo increíble...». El CEO de Alpine se alejó de la postura de Szafnauer, su mensaje muy diferente al que lanzaba cuando se produjo el fichaje de Alonso y el directivo italiano lo consideró el pilar sobre el que se estaba montando la nueva dimensión del equipo. Entre medias, ha surgido el rumor de un posible interés de Aston Martin por Alonso. El coche del millonario padre de Lance Stroll es uno de los más flojos del curso. Stroll ha logrado dos puntos y Sebastian Vettel, cuatro.De Deportes https://ift.tt/UazDrEb
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