La novedad es el regreso de la normalidad. Las carrozas, los escenarios y las multitudes de la fiesta más desinhibida de Madrid vuelven después del parón pandémico y de la descafeinada celebración del año pasado. El Orgullo 2022 «va a ser como siempre», aseveró este martes la vicealcaldesa, Begoña Villacís (Cs), en el pleno municipal. Mismo recorrido, mismas actuaciones, mismo despliegue de limpieza y seguridad, con un único cambio de ubicación. La plaza de España sustituirá a la Puerta del Sol, que se encuentra en obras, como uno de los epicentros del Orgullo. Y tampoco habrá bandera arcoíris (sí iluminación) sobre la fachada del ayuntamiento, donde solo ha ondeado una vez, en 2019, desde que José Luis Martínez-Almeida agarrara el timón del palacio de Cibeles. Faltan 30 días para la manifestación por los derechos LGTBI que partirá de la estación de Atocha y culminará en la plaza de Colón el próximo 9 de julio. Sus organizadores —la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), el Colectivo LGTB+ de Madrid (Cogal) y la Asociación de Empresas y Profesionales para Gays y Lesbianas de Madrid y su Comunidad (AEGAL)— prevén una afluencia de 2 millones de personas y la participación de más de 50 carrozas de distintas instituciones y asociaciones. Los detalles de la fiesta, que se ha retrasado una semana para evitar que coincida con la cumbre de la OTAN, a los días entre el 1 y el 10 de julio, no se han desvelado todavía. Los permisos para los distintos eventos del Orgullo aún se están tramitando, si bien los puntos calientes ya están marcados en el mapa madrileño. Los escenarios se levantarán en la plaza de Pedro Zerolo, que acogerá el pregón, en la plaza de Callao, en el palacio de Cibeles, en la plaza de Colón y, una novedad más, en la plaza del Rey, donde se montará por primera vez una tarima dedicada a las mujeres. La exoneración del ruido es otra de las autorizaciones fundamentales para la celebración del Orgullo. El ayuntamiento no ha recibido todavía la petición de los organizadores, según informan desde el Área de Medio Ambiente y Movilidad. Desde 2008, el consistorio concede estas licencias para que la fiesta —declarada bien de interés general— pueda superar los niveles sonoros máximos recogidos en la ordenanza durante el tiempo que duren las celebraciones y en los lugares donde se desarrollen. El Gobierno de la exalcaldesa Manuela Carmena, de hecho, olvidó borrar estos límites en 2016, lo que acarreó multas a los organizadores. Fue el concejal del Grupo Mixto —formado por los tres ediles díscolos de Más Madrid— Luis Cueto, exjefe de gabinete de Carmena, quien sacó este martes a la palestra el tema del Orgullo. «Me tocó organizar las distintas áreas, me consta lo complicado que es; las noticias que nos llegan es que vamos mal de tiempo», declaró en el hemiciclo, donde pidió al equipo de gobierno que compartiera los pormenores del plan de movilidad, limpieza y seguridad. También que resolviera los rumores de que «no hay que instalar esas burradas de urinarios». Desde este mandato la planificación del Orgullo corresponde a Vicealcaldía (antes, Alcaldía) y le tocó a Villacís responder al edil carmenista. «El Orgullo se va a celebrar como todos los años» prepandémicos, sostuvo la vicealcaldesa. «No se va a la Casa de Campo, se queda en Madrid», añadió, en referencia a las declaraciones que hizo en una entrevista con ABC la portavoz de Vox en la Asamblea regional, Rocío Monasterio, sobre expulsar la fiesta del centro para «no molestar». El área que capitanea, que comenzó el 7 de abril las reuniones con las distintas asociaciones y distritos (Centro y Moncloa-Aravaca), confirma además que se desplegarán urinarios. El polémico arcoíris En mayo de 2020, el Tribunal Supremo zanjó una polémica recurrente y sentenció que las banderas oficiales (la de España, la Comunidad de Madrid, el ayuntamiento, la Unión Europea) son las únicas permitidas en los edificios públicos. Adiós a la enseña arcoíris que decoró Cibeles en la época de Carmena y el primer año de Almeida. El asunto, que siempre ha dividido al Gobierno bicéfalo de PP y Ciudadanos, lo rescató Vox en el Pleno, donde instó al alcalde a cumplir con «la prohibición de exhibir banderas no oficiales ni pancartas de carácter ideológico que rompan con la debida neutralidad que han de tener las instituciones». La proposición fue descartada: solo Vox y PP votaron a favor. Los populares se alejan del discurso de Javier Ortega Smith. «La bandera de España ya representa a todos los homosexuales y a todos los heterosexuales, no a un 'lobby'», dijo el portavoz municipal. Pero el PP se escudó en la «neutralidad» de las instituciones para apoyar la postura de su socio de investidura. Ciudadanos, por su parte, recurrió a la sentencia del Tribunal Supremo para justificar la ausencia del arcoíris y desmarcarse del PP. Quieren, pero no pueden. Y salvan las pancartas LGTBI que lucen en algunas juntas de distrito. «No hay ni un pronunciamiento judicial en contra de la simbología que tenemos en las juntas», destacó Villacís. La propuesta del Grupo Mixto de colocar una placa en la plaza de Pedro Zerolo en honor a la lucha por los derechos LGTBI sí salió adelante (con los votos en contra de Vox). El pequeño monumento se descubrirá para dar el pistoletazo de salida al Orgullo, un gesto que el presidente de AEGAL, Juan Carlos Alonso, agradeció. «Después de dos años de pandemia, en los que ha sido directamente proporcional el aumento de los discursos de odio, es importantísimo hacernos visibles», afirmó en el palacio de Cibeles, adonde acudió como invitado al Pleno. «Estamos preparados, preparadas y 'preparades' para volver a hacerlo».De España https://ift.tt/nKlimW8
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