El trance musical, la experiencia sensorial más profunda que podemos vivir los seres humanos sin alterar nuestras consciencias, es el punto de partida y de llegada del nuevo proyecto de Jorge Pardo. Como un círculo cerrado, la nueva propuesta del legendario multiinstrumentista madrileño, Trance, viaja en un bucle infinito a través del sentido del oído generando sensaciones en cuerpo y mente que, además de ser placenteras, nos sirven para conocernos mejor a nosotros mismos. Esta noche (22h, 25 euros), los melómanos más sustancialistas podrán disfrutarlo en formato sexteto gracias al ciclo Flamenco de Club, que durante todo este mes de diciembre está haciendo brillar el escenario del Café Berlín con algunos de los mejores nombres de la escena jonda. ¿Cómo nace este Trance? Nace con el planteamiento de ser más un colectivo que una banda, con el fin de tener la libertad de mutar y alterar la formación. Y es así por muchos motivos, entre ellos la realidad que marca la pandemia, que dificulta mantener a un mismo grupo de músicos. Por otro lado, nace de mi exigencia de mantener el espíritu del viaje dentro de mi relación con la música, y de encontrarme con músicos que tienen ese mismo olfato para buscar lo que hay detrás de nuestras tradiciones. ¿Hay una relación entre el trance y el caos? Sí, la hay. El trance es algo que te atrapa. Cuando eres muy joven y lo experimentas, es algo a lo que no sabes dar explicación porque te saca de tus pensamientos, de tu mundo aprendido, y te sumerge, te disuelve en otro mundo en el que no hay juicios ni valores. Y eso es muy placentero, claro. Respecto a su relación con el caos, recuerdo aquella frase (del libro 'El Marciano', de Andy Weir, ndr) que dice 'maldita seas, entropía'. El caos participa de esas sensaciones, sin duda. Yo me he adentrado mucho dentro del caos, desde hace mucho tiempo. Siempre suelo recordar que entre las sesiones más caóticas que he vivido están las de la grabación de 'La Leyenda del Tiempo', y eso es algo que ha seguido ocurriendo en mis grabaciones posteriores. Hay muchas veces en las que sigues una dirección al crear música, y hasta que no te sales de ella y buscar algo de caos, no das con lo que buscas. Sumarse al caos, en lugar de reaccionar contra él, puede tener efectos creativos magníficos. El trance musical ha estado asociado a las drogas desde tiempos inmemoriales, y para muchas músicos ha sido una 'ayuda'. Pero creo que usted no otorga valor a esa relación. Para mí, el término 'ayudar' no se puede asociar a las drogas, a no ser que hablemos de curación. Tomar drogas para crear música, o para escucharla, me parece un error. Las drogas están ahí, pero yo las asocio a la experimentación, la curiosidad, el gozo y la cautela. Pero no a la creación. En décadas anteriores había música de éxito que apelaba al trance. Pero ahora, los discos que más se venden no parecen tener ni rastro de ese nexo. Quizá tengas razón, en términos generales es así. La música que se impone masivamente en la actualidad obedece más a sentidos de pertenencia a tribus, a estéticas, más que a la indagación de las sensaciones profundas. Importa más que el cantante lleve la chaqueta bien puesta, o mejor dicho mal puesta ¡jajaja! Cosas que poco tienen que ver con lo que tenemos como norte los que gozamos de la música de otra manera. El trance es uno de los muchos puntos en común entre el jazz y el flamenco. Sin duda. Pero ahí no debemos ser excluyentes. También hay un flamenco y un jazz que no lo buscan, y también hay otras músicas que persiguen ese objetivo y pueden alcanzarlo con la misma intensidad y belleza.<iframe width="500" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/7awK19V64_Q" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe> .
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jueves, 16 de diciembre de 2021
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» Jorge Pardo: «Sumarse al caos, en lugar de reaccionar contra él, puede tener magníficos efectos creativos»
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