Hazard quiere quedarse aunque no tenga sitio

Eden Hazard no desea irse. En enero se abre el mercado de invierno y el belga pretende quedarse. No ha escuchado ofertas ni se ha movido para ello. Primero, porque aún piensa demostrar su valía en el Real Madrid. Segundo, porque su esposa espera otro hijo y no piensa moverse de Madrid ni del Real Madrid. La situación familiar influye en estas decisiones, especialmente en los jugadores veteranos que ya han hecho su carrera. El quid de la cuestión es que para demostrar su calidad tiene que jugar en el esquema de Ancelotti y la realidad es que su participación en el equipo es mínima, porque Vinicius, Rodrygo y hasta Asensio le han pasado por la derecha y por la izquierda. «El problema de Hazard es qque hay otros jugadores que están por delante de él», le ha dicho el técnico con claridad en tres ocasiones. Más claro el agua. «Si un jugador quiere irse, nunca se lo impediré», ha rematado. En esta diatriba, quedarse no parece una buena opción deportiva. Solo una gran propuesta podría hacerle cambiar de opinión, pero no ha hecho nada para que llegue y los mensajes que responde son para decir que continuará en el Real Madrid. Quiere demostrar su calidad en el Real Madrid, pero el quid de la cuestión es que Vinicius, Rodrygo y Asensio le han pasado por la derecha y por la izquierda y su participación es testimonial; no salta al campo cuando el resultado es complicado, solo cuando está decidido El delantero vive su tercera temporada en el Real Madrid y su situación no ha variado. Las operaciones por las fisuras han quedado lejos, pero su forma física no es la de antes. Le falta la punta de velocidad en la que apoyaba su regate cuando militaba en el Chelsea. El balance de esta campaña es el polo opuesto a su caché. Su participación es testimonial. Ha jugado 425 minutos divididos entre doce partidos. Tuvo unos pocos ante el Inter. Es la tónica. Sale al final cuando los encuentros están decantados. Hazard no juega si el resultado es complicado y hay que buscar soluciones. Es la cruda realidad. En su primera campaña disputó 22 partidos y firmó un gol. En la segunda tuvo 21 y rubricó cuatro tantos. Cifras pobres para un delantero de su nivel, roto por las lesiones óseas y rematado después por las dolencias musculares cuando intentaba volver a ser. Dicen las personas cercanas a él que «Eden quiere dirigir el ataque de su equipo, es lo que hizo siempre, ser importante y no está a gusto si es suplente», pero la verdad de su vida profesional en el Real Madrid es que es un reserva y tiene pocas posibilidades de jugar. En estas condiciones, la casa blanca le aconseja que se vaya cedido inicialmente. Si no hay cambios en su situación a lo largo del curso, en el verano deberá tomar una decisión de futuro. Seguir una cuarta campaña en el Real Madrid no tendría más sentido que el económico y el familiar, pero ya no habría argumentos futbolísticos al cabo de tres años sin ser titular.

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