Poco o nada se sabe sobre quién fue Darir ibn Ibrahim más allá de que murió veinte días después del ramadán del año 921. Pero su lápida, uno de los mejores ejemplos vivos de un epígrafe árabe en cúfico, es el elemento funerario más importante del Madrid islámico. Tanto es así que Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico Regional, no duda en asegurar que se trata de una «pieza estrella» para la colección madrileña. Adquirida en 2012 a su entonces propietario por un precio «realmente barato», fue hallada en los años 80 en el derribo de un edificio en la plaza de Jacinto Benavente, en pleno centro histórico de Madrid y conservada por un particular en Toledo. Ahora, tras ser... Ver MásDe España https://ift.tt/2LNQeCP
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