jueves, 31 de diciembre de 2020

Génova ve ya a todo el PP remando en la misma dirección para superar al PSOE en 2021

El fichaje de Lorena Roldán en Cataluña ha sido como una inyección de moral en las filas del PP. «Esto nos abre el partido a todos los votantes de Ciudadanos», aseguró entusiasmado un miembro de la dirección nacional de Génova. «Demostramos que desde el PSOE hasta la derecha somos el gran partido para todos», resumió otro dirigente popular. Todos saben que es un paso más encaminado a la absorción de Ciudadanos, un empujoncito para que el partido de Inés Arrimadas pierda el equilibrio que intenta mantener a duras penas. Pero, además, la incorporación de Roldán al equipo encabezado por Alejandro Fernández en Cataluña desplaza aún más, como efecto colateral, a la número uno del PP por Barcelona en el Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo. La destitución de la portavoz parlamentaria fue uno de los peores momentos del líder del PP dentro de su partido en el último año. La relación entre ambos está rota. Pero en Génova no se duda al hacer este balance: «Hemos conseguido que ahora todo el partido reme en la misma dirección». En la planta noble del PP no quieren oír hablar de Álvarez de Toledo, a quien apenas se ve en el Congreso, aún con restricción de asistencia en los plenos. Han dejado en manos de Alejandro Fernández su presencia en la precampaña electoral de Cataluña, y en la futura campaña ante las elecciones del 14 de febrero. La realidad es que, por ahora, no ha aparecido. Y a partir de este momento, con Roldán junto a Fernández, será algo más complicado. Los populares admiten, eso sí, que en un momento determinado su presencia podría ser relevante para dirigirse y captar a votantes de Vox. El PP cree que en las catalanas podría «duplicar» el resultado de 2017, y pasar de cuatro a ocho diputados. Da por hecho que evitará que Vox le adelante en las urnas, y sigue viendo complicado, pese a todo, pasar a Ciudadanos. La salida de Álvarez de Toledo mejoró «el ambiente» en las reuniones internas del PP, según reconocen algunos de los presentes. Además, Casado consiguió en la recta final de 2020 neutralizar las críticas y los dardos envenenados que de forma recurrente le lanzaban algunos barones autonómicos cuando las cosas parecían torcerse para los populares. A lo largo del año no faltaron pullas dirigidas a Casado para que volviera al centro y dejara de competir con Vox por la derecha. Por eso, un punto de inflexión en la vida interna del PP fue, sin duda, la moción de censura de Vox en el Congreso, a finales de octubre. Casado hizo visible desde la tribuna, y ante toda España, su ruptura con ese partido y sobre todo con su líder, Santiago Abascal. Los aplausos en el PP se escucharon desde Vigo hasta Málaga, pasando por Salamanca y por Madrid. Por mucho que Casado asegurara el martes pasado, en el balance que hizo del año en Génova, que en su discurso no hubo novedad porque siempre estuvo en el centro, logró de un golpe unificar el discurso interno y acallar todo atisbo de discrepancia. Viento a favor «Tenemos desplegadas todas las velas con el viento a favor», concluyen en Génova, a pesar de que la mayoría de las encuestas siguen situando al PP por detrás del PSOE. Casado, eso sí, está convencido de que 2021 será su año, el de su «sorpasso» decisivo al PSOE. Los populares creen que cuando se doble el pulso a la pandemia se abrirán más otros debates, sobre todo el económico, que pasarán factura al Gobierno.

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