jueves, 31 de diciembre de 2020

Zidane no puede ser campeón con quince

Con quince jugadores no se conquista una Liga. Todo fue muy bonito mientras duró. Pero Zidane sabía perfectamente, porque ya lo ha sufrido en etapas anteriores, que no podía ganar todos los partidos con quince futbolistas y un grupo de titulares fijos que viven en la treintena, como son Ramos, Kroos, Modric y Benzema. Seis victorias consecutivas salvaron al club de la crisis y al técnico de la guillotina, pero era imposible que esa racha se mantuviera en el tiempo con hombres que disputan una final liguera cada 72 horas con el único objetivo de vencer. No son máquinas y menos cuando acumulan una década de fútbol al máximo nivel de exigencia. Nachó rindió bien cuando jugó, Valverde debe ser el primer relevo de cada partido y Odegaard, Mariano y Jovic han de ser recuperados para la causa por Zidane El desastre que el entrenador soportó cuando sus rotaciones le hundieron frente al Cádiz, el Alavés y dos veces ante el Shakhtar le hizo cambiar radicalmente de filosofía y apostar por los consagrados con el fin de superar un problema grave de resultados que amenazó con echarle del cargo. La reacción de sus pupilos fue muy positiva. Sin embargo, Zinedine no ha sabido graduar a sus titulares fijos, porque hombres como Valverde, Nacho y Vinicius ayudaron de manera decisiva en esa serie de triunfos (el brasileño decidió en el Sánchez Pizjuán y Nacho ante el Inter) y después no han disfrutado del protagonismo que se merecen y se han ganado. Los tres deberían jugar más. Demasiado tiempo sin jugar Lo peor es que Zizou no ha reintegrado en su esquema a hombres como Martin Odegaard, Mariano, Jovic y Militao. El noruego comenzó como titular en las dos primas jornadas de esta Liga y ahora suma siete partidos sin competir. Estuvo lesionado, sí, pero acumula cuatro encuentros apto para jugar y no ha tenido ni un minuto. Mariano también ha sido víctima de problemas físicos. No obstante, marcó en Villarreal ante la ausencia de Benzema, es alta desde hace varias jornadas y tampoco ha saltado al césped en los últimos siete encuentros. Su compañero Jovic lleva once sin aparecer. Y Militao no pisa el campo desde octubre. Diecisiete veces descartado. Todos se han quedado fuera de la estrategia del técnico. Al final serán necesarios. Su jefe lo sabe. Casos aparte son Isco y Marcelo, futbolistas importantes hasta hace dos años a los que otorga minutos de manera discontinúa en un intento de recuperar sus viejas esencias. No será fácil para ellos, como pudimos comprobar en Elche con el brasileño. Hazard, el reto pendiente El quid de la cuestión es que el técnico no cuenta con todos estos suplentes porque no rindieron cuando hizo rotaciones para labrarse su confianza y porque tampoco han funcionado en los entrenamientos. Para el máximo responsable deportivo del Real Madrid es fundamental demostrar las mejores prestaciones en las sesiones diarias de trabajo y varios de esos hombres que viven en la suplencia no aportan lo necesario para desbancar a los titulares. Es un problema para el francés. Querría tener mayor competencia para elegir en sus alineaciones, que le doliera la cabeza para descartar, como decía años atrás, y realmente no tiene ese dilema futbolístico en la actualidad. Solo lo tiene desde el punto de vista personal, humano, porque dejar a una decena de hombres sin jugar constantemente, casi siempre los mismos, es duro. Es el precio más caro de su trabajo. Para eso le pagan. La diatriba es que no le aportan lo suficiente para cambiar. La otra asignatura pendiente es Hazard, que reapareció en el Martínez Valero con la esperanza de conseguir una continuidad y aportar al club la calidad que fraguó su fichaje. Zinedine asume que necesita variar su once para aguantar toda la campaña con opciones a los títulos. Con quince no basta. Lo que necesita de verdad es que los reservas cambien el chip.

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