El Atlético confía en el héroe de Anfield

El fútbol tiene estas cosas, quién lo diría, y Marcos Llorente, traído del Real Madrid en 2019 para suplir la marcha de Rodri al Manchester City, se ha convertido en uno de las principales bazas ofensivas de Simeone. Han pasado nueve meses de su exhibición contra el Liverpool, cuando selló desde el banquillo el pase a cuartos con dos goles y una asistencia, y la realidad es que, lejos de ser aquello un espejismo, Llorente sigue prodigándose en su faceta goleadora, cada vez con más ahínco. Esta noche, ante el RB Salzburgo, el Atlético volverá a apoyarse en él, su jugador más en forma, para lograr, como en aquella cita mágica de marzo, pasar a la siguiente ronda de la Champions. Un empate bastaría. Poco queda de aquel futbolista que creció en la cantera del Real Madrid, cuando todos sus entrenadores destacaban su talento como mediocentro defensivo, pero donde no adivinaron sus dotes como atacante. De rojiblanco nunca llegó a hacerse con un puesto en la sala de máquinas, y mientras consumía minutos en el banquillo, su entrenador se percató durante los entrenamientos de una faceta desconocida hasta la fecha: «Marcos en su vida se imaginó poder jugar de delantero, pero viéndole entrenar todos los días, con su fuerza, su contundencia en los remates, despertó la opción, compartiéndola con él, de hacer un esfuerzo para buscar una alternativa», dijo Simeone el pasado verano. Con 5 goles y 3 asistencias, es el segundo jugador que más ha aportado al ataque del Atlético esta temporada, solo por detrás de Joao Félix. Llorente, de carácter tranquilo fuera del campo, se transforma sobre el césped, exhibiendo una superioridad física difícil de frenar por la defensa rival. A eso cabe sumarle una rebeldía con la pelota impropia de alguien que ha crecido desempeñando labores de contención, posicionamiento y robo, y que le ha llevado a coleccionar innumerables acciones en las que, aunando técnica y potencia, va dejando rivales atrás. Y encima cuando llega a puerta, lejos de amilanarse, define cual delantero. «Yo veía que hacía goles, que hacía goles… Y esas oportunidades hay que aprovecharlas en el fútbol», explicó su entrenador hace meses. El RB Salzburgo, contra el que vale un empate para estar en octavos, ya sabe lo que es sufrir el acierto de Llorente. En la ida, el reconvertido en segundo punta tardó menos de un segundo en armar su pierna izquierda para batir al portero con un disparo desde fuera del área. Un acierto de cara a puerta que en Llorente es del 33%, el mejor de un jugador del Atlético en los últimos quince años. Estadísticas que evidencian que no solo es que se haya adaptado a su nueva posición, es que, contra todo pronóstico, se ha convertido en un especialista. Antes de su llegada al Atlético, sumaba 2 goles y 3 asistencias. En 2020, son 10 goles y 8 asistencias. Un año en el que se ha destapado como un futbolista vertical, hiriente cuando llega a línea de fondo y resolutivo en situaciones complicadas. Un comodín que cualquier entrenador querría. Llorente fue el héroe en Anfield - Reuters No es casualidad que su mejor momento coincida con la lluvia de elogios que está recibiendo el Atlético esta temporada. Líder e invicto en Liga, camina con paso firme hacia el sueño de volver a hacerse con el título. En Europa, en cambio, la suerte no está acompañando y esta noche se lo juega todo a una carta. Los octavos pasan por Austria, donde el Atlético tratará de volver a colarse entre los dieciséis mejores del continente, con un Llorente que viene de marcar en el último partido, manteniéndose en la cresta de la ola desde la noche de Anfield.

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