domingo, 6 de diciembre de 2020

Cómo correr a 2 minutos y 43 segundos el kilómetro

«Por poner un símil, es como si todos los partidos de fútbol acabaran con más de diez goles de diferencia. Es una locura». Así define José Villacorta, responsable de la sección de fondo de la Federación Española de Atletismo, lo que consiguió ayer el keniano Kibiwott Kandie en el medio maratón de Valencia. Rebajar la marca mundial en casi treinta segundos, de los 58:01 que impuso Kamworor en 2019, a los 57:32 (2 minutos y 43 segundos de media). Las circunstancias, prosigue Villacorta, eran muy buenas: «Las liebres eran muy buenas, también el circuito era propicio... y el viento, que no se puede decir que era favorable, pero era protegido en las zonas desfavorables». Pero aun así, hay que correr, y a una velocidad altísima con lo que supone de preparación y desgaste posterior para el físico. «Desde luego. Y va por delante que ningún deporte de alta competición es sano. Es llevar el cuerpo al límite y en algún momento explota. Treinta segundos en un récord del mundo es muy muy difícil. Y ya no se trata tanto de técnica de carrera, de qué puede aprender un atleta para correr más, sino de los sistemas de trabajo. Ahora el atleta tiene mucho control sobre las cargas de entrenamiento, y se pueden adaptar mejor al físico». Y se explica: «Si corres 30 minutos diarios, pero supieras que tu cuerpo solo tolera al 100% 20 minutos, descartarías los otros diez, y te estarías quitando carga muscular, posibilidad de lesiones... afinas mucho más, lo haces más efectivo, y te desgastas menos». Es donde el experto de la Federación pone el foco de cómo las marcas van a seguir mejorándose. E incide en que estos sistemas de trabajo mucho más eficaces que las grandes empresas han puesto a disposición de los atletas etíopes o kenianos también existen en Europa. Y en España. «Estamos avanzando. Se ha mejorado el récord del maratón y Carlos Mayo se ha acercado al de medio, hacía años que no se estaba tan cerca, y en mujeres se ha logrado la tercera mejor marca», señala Villacorta. En la eterna pregunta de por qué los africanos superan a cualquier otro país en distancias largas, Villacorta apunta a la genética y también a la cultura. «Ellos tienen una capacidad fisiológica distinta que los ayuda a aceptar esos volúmenes de entrenamiento. A un atleta español no se le puede pedir lo mismo que a un africano o a un jamaicano, nuestra constitución es distinta. Y también influye el aspecto cultural. Son sobre todo africanos, pero ya se empiezan a ver nombres japoneses o australianos. O los hermanos Filip, Jakob y Henri Ingebrigtsen, que son noruegos y también están revolucionando el mundo del atletismo. Son culturas quizá más estrictas, con más capacidad de sacrificio...». Por eso, matiza que el nuevo récord del mundo diga que lleva preparándose desde 2019. «Habría que ver qué significa para Kandie ‘estar preparándose’. Porque a lo mejor es que ahora tiene más control o lleva una rutina diferente, pero la cultura deportiva en Kenia es levantarse a las 6 de la mañana porque tienes que ir corriendo al colegio o a trabajar. Y eso su cuerpo ya lo ha adquirido desde el principio, sin entrenarse para ello. A lo mejor pautado sí puede llevar dos años de trabajo, pero de volumen lleva toda su vida». Las zapatillas Y apunta al tema de las zapatillas, que han tomado protagonismo en los últimos tiempos, pero que van a dejar de ser las que impongan las diferencias. «Están ayudando, y no hay que cerrar los ojos ante eso. En cuanto a marcas no se puede medir, pero en proporción de rendimiento sí que hay estudios de que mejora un 4 o un 5 por ciento sobre una marca normal. Y eso, en un maratón o en un medio maratón, son muchos segundos. Sin embargo, todas las empresas están igualándose técnicamente, por lo que vuelve a ser importante lo que haga el deportista». No hay duda, todo mejora: materiales, técnicas, el ser humano. «No, no hay límites», zanja.

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