El otoño ciclista de masiva concentración no da descanso. Dos semanas después del Tour, empieza el Giro de Italia en coincidencia con las clásicas-monumento (Lieja, París-Roubaix). Y en 17 días arranca la Vuelta a España que se solapará una semana con la carrera rosa. El virus decreta esta abundancia otoñal y el Giro se somete a diagnóstico. Italia fue el primer país europeo por el que penetró la Covid-19 y ahora ha logrado frenar la segunda oleada. Es una edición (la 102) tan atípica como el tiempo que nos toca vivir. El Tour llegó a París, un éxito de la burbuja ciclista aislada del exterior, y el Giro se exige el mismo objetivo. Cinco finales en alto, kilómetros contrarreloj (69) y favoritos por encima de los 30, en contra de la nueva ola juvenil. Ninguno es español. Después de los éxitos de Contador, Purito Rodríguez o Landa, mucho antes de Induráin, Fuente o Poblet, España se sumerge en un ostracismo previo en el pronóstico que incide en una época dura. Se estrena el Giro en Sicilia por la supresión de la salida en Hungría, nación tan afectada por la pandemia. Reduce su movilidad y presenta la carrera de siempre, nerviosa y descontrolada, con ración de montaña superior en la tercera semana que será probablemente penalizada o suspendida por la nieve y el otoño en el Stelvio (2.758 metros), el Agnello (2.744), el Izoard (2.360) o Sestrieres (2.035). Colosos de gran tradición a los que sepultarán las nevadas probablemente. El italiano Nibali (35 años), el galés Thomas (34), el británico Simon Yates (28), el colombiano “Supermán” López (26 ) o el holandés Steven Kruijswijk (33) asoman favoritos en una carrera propicia a los sorpresas, como el año pasado el ecuatoriano Carapaz. «Hay muchos ciclistas que pueden dar sorpresas porque es un Giro especialmente abierto por la cantidad de carreras que hay en un calendario de auténtica locura», opina Alberto Contador, que comentará la cita en Eurosport y que fue el último español en ganar el Giro. Compiten nueve españoles en el Giro, una cifra que desciende con los años, y un solo equipo, el único de la primera división (Movistar). Entre los jóvenes del Movistar en busca de experiencia y etapas (Carretero, Pedrero, Samitier y Torres); Castroviejo en función gregaria para Thomas; Dani Navarro y De la Parte, con libertad en el Israel y el CCC, la esperanza del joven escalador Óscar Rodríguez (Astana) y la solidez de Pello Bilbao (Bahráin, dos etapas en el Giro, sexto en 2018) se resume de un plumazo el concurso español. «El ciclismo español fue una de las potencias dominantes a nivel mundial y ahora ha perdido poder, todo el mundo lo puede ver», juzga Contador, cuya experiencia en el Giro le hizo considerar en su día a esta carrera como la «más bonita» del calendario. «Entre todos los buenos recuerdos que tengo del Giro, elijo la edición de 2008 (su primera victoria, siete días con la maglia rosa de los 23 la ha portado durante su carrera). Los aficionados italianos me recibieron con mucho aprecio y alegría y eso es algo algo recíproco». Contador ganó el Giro tres veces (2008, exuberante; 2011, lo perdió en su palmarés por la sanción del clembuterol; y 2015, sufrió para imponerse al Astana de Landa y Aru). Solo Induráin mejora sus números y conquistas. El navarro venció en dos ediciones (1992 y 1993), llevó la camiseta rosa 27 días y logró cuatro etapas. En la leyenda del pasado brillan José Manuel Fuente, el «Tarangu», 9 etapas, 15 jornadas líder, o Miguel Poblet (récord con 20 victorias de etapa). Sin remontarse al pleistoceno, «Purito» Rodríguez mantuvo el foco para los aficionados españoles en 2012, cuando vistió diez días de rosa y perdió el Giro por un suspiro ante el canadiense Ryder Hesjedal. Más reciente, la especialización de Landa, brillante en 2015 ante Contador y en 2017 con una etapa soberbia y protagonista el año pasado en su afán por ganar el Giro ante Roglic y, esta vez, cediendo ante su excompañero Carapaz. Más allá de la solvencia de Peio Bilbao (dos triunfos en 2019), el ciclismo español presenta hoy un cierto vacío con jóvenes que tienen mucho que demostrar. «Estos ciclos ocurren en todos los países -matiza Contador-. Unos años salen buenos, otros no tanto. España tiene buenos corredores, como Enric Mas, Marc Soler o Iván García Cortina -los tres Movistar-), pero repetir lo que se logró en la última década parece complicado».
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