En esta pandemia hasta Terminator sufre. El robot indestructible se ha vuelto humano y está delicado tras sufrir una intervención de corazón. Esta semana, Arnold Schwarzenegger reveló que había sido sometido a su tercera operación de corazón para, de nuevo, cambiar una de las válvulas. A través de sus redes sociales, el ex gobernador del estado de California publicó una imagen suya en una cama de hospital, donde anunciaba estar recuperándose de un procedimiento para reemplazar una válvula en el corazón. «Gracias al equipo de la Clínica Cleveland, tengo una nueva válvula aórtica para acompañar mi nueva válvula pulmonar de mi última cirugía. Me siento fantástico y ya he estado caminando por las calles de Cleveland disfrutando de sus increíbles estatuas. ¡Gracias a todos los médicos y enfermeras de mi equipo!», escribió. En su publicación, el austriaco agradeció al equipo médico de la Clínica de Cleveland, en Ohio, el trato recibido. Schwarzenegger explicó que nadie desea vivir con una válvula aórtica defectuosa, ya que ayuda a que la sangre fluya desde el corazón al resto del cuerpo, además puede provocar estenosis aórtica, algo común cuando las personas envejecen, aunque en el caso de Schwarzenegger, de 73 años, el problema cardíaco le ha acompañado toda su vida debido a un defecto congénito. «Me siento estupendamente y me recupero caminando por las calles de Cleveland» escribió en Instagram. Shwarzenegger se sometió a una cirugía a corazón abierto hace dos años en USC, la Universidad del Sur de California, para reemplazar una válvula pulmonar, reemplazando otra válvula pulmonar anterior que le colocaron en 1997. «La válvula pulmonar del gobernador Schwarzenegger fue reemplazada con éxito y actualmente se está recuperando de la cirugía» tuiteó Daniel Ketchell, portavoz de Schwarzenegger, en el 2018. Todo comenzó en 1997 cuando, a través de un comunicado, el protagonista de Terminator reveló su defecto congénito. «Nunca me he sentido mal ni he tenido ningún síntoma, pero sabía que tarde o temprano tendría que ocuparme de esta condición. He decidido operarme porque todavía soy joven», escribió entonces el intérprete a sus seguidores. La válvula que le pusieron necesitó ser reemplazada de emergencia cuando empezó a fallarle. «Tuvieron que abrirme por una hemorragia interna, sé que pude morir ese día, pero estaba en manos de grandes profesionales que me operaron a corazón abierto y me salvaron», relató el actor en un video a los alumnos que se graduaron digitalmente este año. Sin trabajar y con mucha calma, Arnold ya se recupera en su casa de Brentwood donde espera pasar el resto del confinamiento. «Estar aquí es una victoria, voy poco a poco superando esta situación. Victoria a victoria, dar un paseo es ganar mi primera batalla, la segunda fue recuperar el apetito». Con determinación y mucho esfuerzo, el actor se dedica a promocionar el voto en Estados Unidos y tratar de ayudar a aquellos afectados por los efectos del COVID-19. Desde el inicio de la pandemia, Schwarzenegger ha donado más de un millón de dólares a través de Frontline Responders Fund para ayudar a la lucha contra la crisis del coronavirus. La campaña destina los fondos a la compra de mascarillas, batas y elementos sanitarios básicos, para proteger a los médicos y a los pacientes que se encuentran en centros sanitarios luchando contra la pandemia en los Estados Unidos. Schwarzenegger no es el primer político que ha luchado con problemas del corazón porque la salud no discrimina según las opiniones políticas. Los registros médicos del presidente Donald Trump revelaron que padece una enfermedad cardíaca desde el 2018, mientras que el ex candidato presidencial, el senador de Vermont, Bernie Sanders, tuvo un ataque cardíaco en 2019.
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