sábado, 13 de junio de 2020

Monza, el nuevo sueño de grandeza de Berlusconi

Silvio Berlusconi, a sus 83 años, regresa al fútbol con ánimo de revolucionarlo. Al exprimer ministro italiano lo dieron varias veces por muerto políticamente, pero siempre resucitó. Fue el deporte del balón, como presidente del Milan, lo que le dio popularidad y lo lanzó a la política. Ahora su enésima resurrección la vive en el mundo del fútbol. En 2018 se compró el Monza, el club de la tercera ciudad por número de habitantes (123.784), detrás de Milán y Brescia, en la región de Lombardía, y su equipo ya está dando mucho que hablar en todo el país. Ha conseguido poner en órbita un conjunto de segunda fila con su dinero, con sus chascarrillos y su afición a contar chistes y anécdotas casi siempre con fondo sexual, porque Berlusconi no ha olvidado aún el «bunga bunga», aquella diversión con jóvenes modelos que le costó varios procesos. La pasada Nochebuena toda Italia se enteró de que el Monza estaba haciendo una estupenda temporada gracias al show que el líder de Forza Italia montó en la cena que tuvo con sus jugadores. Como es costumbre en él, se dejó llevar con sus chascarrillos, poniendo la atención en su brazo derecho en el mundo del fútbol, Adriano Galliani, de 75 años, al que nombró director gerente del Monza, como lo había sido en el Milan. «Galliani –dijo Berlusconi– piensa en el equipo todo el día, incluso de noche. Por eso ahora ya no hace nunca el amor. Yo hasta hace poco tiempo lo hacía seis veces al día. Pero ahora…». Obviamente, una sonora carcajada acogió la «gracia» del patrón y el vídeo se hizo viral. Berlusconi vendió hace tres años el Milan, club que hizo grande internacionalmente con la conquista de 29 títulos, y compró el Monza casi por casualidad en septiembre del 2018, cuando estaba en serie C. En su primera temporada como propietario ha logrado el ascenso a la serie B y ahora tiene el sueño de guiar a su club a la serie A el próxima curso para poder verlo jugar en el futuro estadio de San Siro (Milán). «No será una Champions o un Scudettto, pero el ascenso del Monza es para Silvio Berlusconi su trofeo número 30», asegura su hombre de confianza. Gracias a Galliani se decidió el equipo que ahora le hace feliz. La idea de la compra del club partió en uno de los clásicos almuerzos que realiza el magnate con sus allegados en su imponente mansión de Arcore, situada a nueve minutos escasos de Monza, según ha contado Adriano Galliani. «Le dije al oído que la familia Colombo vendía el Monza a un grupo americano. Él se dirigió a la mesa y preguntó: ‘¿Qué os parece si compramos el Monza?’ Sus hijos y su abogado Ghedini respondieron que sí. Entonces el presidente Berlusconi me dijo: ‘Adriano, adelante, cómpralo tú’. Esa misma noche, compramos el Monza». Las reglas para los jugadores Berlusconi fue aclamado por los hinchas en el primer partido. Al entrar en el vestuario, se dirigió a sus jugadores: «Quien tiene confianza en sí mismo, gana. Así que salid al campo, confiar en vosotros y ganar al menos por tres goles de diferencia». Además, hizo una declaración de intenciones y dejó claros sus deseos desde el primer momento. «Quiero muchachos ordenados, que se presenten bien, sin barba, sin tatuajes y sin pendientes. Chicos educados y bien vestidos, que se dirijan correctamente al árbitro. Me dicen que es imposible encontrar futbolistas sin tatuajes: Yo digo que los encontraremos, seremos una excepción. Espero que nuestro club sea un ejemplo para otros en el futuro. Hablo de valores eternos, como patria, civismo, paz, libertad y democracia, valores que son válidos tanto en el fútbol como en la vida y que se están perdiendo», fue su discurso. En el éxito inicial del proyecto ha jugado un papel importante el entrenador Cristian Brochi, antiguo jugador del Milan, al que entrenó durante unos meses. Y, obviamente, un personaje clave ha sido Galliani, nacido precisamente en Monza, uno de los directores deportivos más astutos del mundo, conocido como el «rey de las transferencias gratuitas» porque consiguió los fichajes gratuitos, entre otros, de Cafú, Rivaldo, Beckham y Ronaldinho. Berlusconi lo contrató en 1986, cuando el Milan estaba al borde de la quiebra. El resto es historia. Berlusconi con Galliani hizo del Milan uno de los equipos más galardonados de la historia del fútbol. Ahora Silvio Berlusconi ha conquistado la simpatía de Monza y, ambicioso como nadie, sueña con escribir otra página gloriosa del fútbol italiano con su nuevo equipo.

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