lunes, 29 de junio de 2020

Solo el 45,4% de los voluntarios participó en labores solidarias

El 15 de marzo, cuando los fallecidos en la Comunidad de Madrid por el coronavirus se situaban en 213 personas y los afectados en 3.544, la Consejería de Políticas Sociales, de Alberto Reyero, creó un registro de voluntarios para que pudiesen prestar ayuda a la población más vulnerable durante la pandemia. El objetivo era anticiparse al incremento de las necesidades que se producirían en los días siguientes «ante la presión de la situación sanitaria y social». En tan solo 24 horas, 7.409 personas dieron un paso al frente y decidieron unirse a la convocatoria para ayudar. «Gracias a esta rápida respuesta, en un solo dían han quedado cubiertas las primeras necesidades de voluntariado en la región», aseguraron en ese momento desde el Gobierno regional,que lo califican de «explosión de solidaridad» de los madrileños. Tres meses después, solo el 45,4% de los voluntarios, es decir, 3.365 personas han sido llamadas para participar en las labores solidarias, según los datos de la Subdirección de Voluntariado de la Consejería de Políticas Sociales, coordinadora de la medida. «Según las necesidades de cada momento se iba llamando a las personas, en función de los requerimientos y los perfiles de cada uno», explican desde el área, que aseguran que era las entidades, organizaciones y municipios las que iban haciendo la demanda de la población inscrita. «Los voluntarios se han ido derivando a proyectos como el call center para la atención social en la línea 900, donde han prestado apoyo personas especializadas como psicólogos, trabajadores sociales o educadores sociales, y otros voluntarios de la bolsa, que a día de hoy, y hasta esta semana, siguen realizando seguimiento de los casos atendidos», señalan. Otros de los voluntarios, con perfil menos especializado, han sido enviados a entidades sociales para tareas como clasificación y reparto de alimentos o como apoyo a 22 entidades participantes, como Apadis, Remar, Pan y Peces, Fundación Madrina o Mensajeros de la Paz. «Asimismo, se derivaron voluntarios a distintos organismos, como a la Dirección General de Infancia o a la Dirección General de Atención al Mayor, colaborando en aquellos centros en los que necesitaban apoyo de cocina puntual», continúan. En la iniciativa han participado también 760 empresas, como Mutua Madrileña, con donación de «tablets» a los centros de menores; Gaes, con donación de máquinas para limpiar audífonos a las residencias; Plataforma desde tu Sofá, con donación de mascarillas a centros de discapacidad, o Primark, que envió material de lencería, sábanas y toallas a hospitales de la región.

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