Fricciones con PNV, Bildu, Más País y, por si fuera poco, con Unidas Podemos (UP). El Gobierno de coalición se asienta sobre la inestable base de 155 diputados y una amalgama de apoyos de corte regional, entre ellos, los nacionalismos. De esa eventualidad surge la debilidad de los socialistas en las negociaciones parlamentarias. El miércoles se vio de forma indudable en el Congreso con el decreto de los interinos. Casi no sale por falta de diálogo. Fuentes de Más País explican a ABC que apoyaron el decreto «por los pelos» y lamentaban la falta de actitud negociadora de los socialistas, parte mayoritaria en La Moncloa, con ellos y el resto de socios parlamentarios. En los últimos meses, los desacuerdos del PSOE con los socios de investidura se han cronificado y se ha instalado la tensión entre los grupos y el Ejecutivo de Pedro Sánchez. El resultado: este tipo de negociaciones «in extremis». «El Gobierno debe ponerse las pilas, ser humilde y aprender a negociar», explican estas mismas fuentes del partido de Íñigo Errejón. «Luego vienen los lloros», apostillan. Y recuerdan que ya hubo votaciones igual de desastrosas con el decreto de los fondos europeos o aún peor la del superávit de los ayuntamientos el pasado septiembre, que no logró la mayoría que necesitaba Sánchez. Estos últimos días, el PNV está recriminando al presidente del Gobierno que cuando alcanzaron el pacto de investidura uno de los compromisos era «mantener una comunicación fluida con el Gobierno vasco en aras de evitar la judicialización de las discrepancias, que debe ser sustituida por el acuerdo político». Un acuerdo que, consideran, Sánchez no está cumpliendo. Por ejemplo, al no ofrecer más alternativas al País Vasco que recurrir al Tribunal Superior de Justicia o al Supremo para recuperar medidas contra el Covid como el toque de queda de noche. El socio vasco no ve intención por parte del Gobierno de ofrecer solución política o legislativa. Por esto y otros asuntos, el PNV también pide al Gobierno que mime a sus socios. Y reclama un cambio de actitud de cara a la reunión prevista para septiembre entre el nuevo ministro de Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, y el portavoz vasco Aitor Esteban. Porque es en este contexto de malestar en el que se entiende la abstención del PNV en los decretos de los interinos y mascarillas del miércoles. «Afianzar la mayoría» Un mensaje similar es el que trasladó Mertxe Aizpurua, portavoz de Bildu en el Congreso, cuando Bolaños se puso en contacto con ella esta semana. Aizpurua, molesta, le reprochó «los métodos de negociación a contrarreloj del Ejecutivo durante los últimos meses». Y reclamó «reforzar el diálogo con las fuerzas de izquierdas y trabajar con suficiente antelación los consensos para ganarse los apoyos y afianzar la mayoría progresista». Otro toque de atención. Las advertencias también llegan desde los propios grupos parlamentarios del Gobierno. El diputado de UP Pedro Honrubia Hurtado le dijo a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que debían «tomar nota de lo que ha ocurrido». Reprimenda pública. «Por favor, (...) hablen en primer lugar con los grupos de esta Cámara», reclamó.
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