
Beatriz Zimmerman, la madre de Olivia y Anna, ya había hablado tres veces en menos de una hora con su expareja Tomás Gimeno, entre las nueve y las diez de la noche del 27 de abril. En la tercera llamada (21.59), él le dijo que ya no iba a ver más a las niñas ni a él, que se iba con ellas a empezar una nueva vida. Según el auto de la juez, las dos siguientes llamadas (22.30 y 22.40) la madre, angustiada, las hace desde el puesto de la Guardia Civil «siendo la respuesta de Tomás la misma, aun cuando intervino un agente». «Son mis hijas y hago lo que me dé la gana. ¿Quiénes sois vosotros para decirme...
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