domingo, 27 de junio de 2021

Federer y su apuesta por Wimbledon

Solo él, rozando los 40, podrá decir cómo está su cuerpo, así que quizá es osado hablar del último baile de Roger Federer en Wimbledon porque el suizo jamás pensó seguir en activo a estas alturas de vida. Lo admitía el jugador, encantado de pisar el verde de su jardín particular: «Hace diez años hablaba con Pete Sampras y me decía que cuánto me quedaba en el tanque. Para él lo normal era estar retirado sobre los 32 o 33. No, nunca pensé en jugar con 40 años. Y, sobre todo, nunca pensé tampoco que después de las últimas operaciones seguiría aquí». Pero ahí está, ilusionado como siempre que llega este color a la temporada de tenis y, claro, más consciente que nunca de que bien podría ser esta la última función que ofrezca en el All England Tennis Club. «Todavía amo lo que hago, me divierto, los viajes, con la familia, el equipo. Veré los resultados, cómo van y hacia dónde nos llevan. Por eso Wimbledon es tan importante para mí en estos momentos». En 2019 tuvo dos puntos de partido para besar su novena Copa, para llevarse su entorchado 21. Y ahí se quedó su cuenta de premios, obligado a prolongar su carrera en 2020 por el parón por la pandemia y sufriendo además las dos operaciones de rodilla que lo dejaron sin músculos y con un año menos de opciones viables de alargar su palmarés. Por eso Wimbledon, este Wimbledon, es tan importante. Solo quiere pensar en Adrian Mannarino, rival contra el que debuta mañana. De ahí que los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 sean todavía una quimera para él. «El resultado de aquí, si juego bien o mal, decidirá el resto del verano. Me gustaría estar en los Juegos, y jugar todos los torneos posibles. Otros años esto era fácil, pero ahora no es tan simple como en el pasado. Con la edad tienes que ser más selectivo, no puedes jugarlo todo». El tic tac lo persigue, igual que las dudas, aferradas a su raqueta con aquel tímido regreso en marzo después de las dos cirugías, solo dos partidos en Doha, otro resbalón a la primera en Ginebra en mayo y otra vuelta en Roland Garros . Más firme, eso sí, con tres partidos de buen tenis, pero que dejó a medias porque el cuerpo ya decide más que nunca y abandonó París antes de los octavos contra Matteo Berrettini para apostarlo todo al verde. Pero en Halle saltó otra alerta. En el oasis en el que ha ganado en diez ocasiones, en segunda ronda lo sorprendió Felix Auger-Aliassime y su propia frustración. «No estaba contento con cómo salieron las cosas. No fue una buena manera de perder. Me recordó a mis tiempos de júnior, cuando empezaba, cuando no veía nada positivo». Indica que ha corregido la dirección –«Estoy sintiéndome bien, mentalmente fuerte. Sé que no pasará otra vez porque sé que puedo jugar mucho mejor»–, sin embargo, son señales, y las expectativas las mantiene en el día a día, y a la baja: «El objetivo ahora mismo es llegar a la segunda semana. A partir de ahí estaré más fuerte cada partido». Es un anhelo, como el de besar su noveno Wimbledon. El que tan cerca tuvo en 2019, con esas dos bolas de partido y saque que se esfumaron para que fuera otro, Novak Djokovic, quien acabara saboreando el césped de la central. Mientras uno ve descender sus opciones de éxito en los Grand Slam, parada su cuenta en Melbourne 2018, el serbio suma enteros en este 2021, conquistados el Abierto de Australia y Roland Garros. El número 1, disparado El tenis, en general, tiene poca memoria y aún menos paciencia. Apenas se ha ganado un partido y llega el siguiente. Apenas se ha conquistado un título y la celebración se queda a medias porque ya se juega por el siguiente. La adrenalina de ganar, no obstante, ayuda a afrontar con confianza el nuevo reto. Y en esas está Djokovic, que hoy estrena pista central contra Jack Draper. Aspira a su sexto Wimbledon, a su Grand Slam número 20. Número mágico con el que compartiría un trocito del cielo que, por el momento, defienden Federer y Nadal. «Es la mayor motivación de mi carrera. Quiero intentar conquistar el mayor número de grandes posible. Ganar los dos ‘majors’ este año me ha dado una gran cantidad de energía y confianza», advierte ya el número 1, disparado hacia su propia historia. Desde Rod Laver (1969) y Steffi Graf (1988) no se consigue el Grand Slam –ganar los cuatro grandes el mismo año–, y en este 2021, además, el Golden Slam si suma el oro olímpico en los Juegos de Tokio. Asoman amenazas que han perdido el respeto por leyendas y superficies lentas. Tsitsipas, Medvedev, Zverev... pero, por ahora, y ausente Nadal, es Djokovic el que, cargado de fuerza, lidera las quinielas, con Federer dispuesto a desplegar su último baile de gala en su jardín favorito. Muguruza debuta hoy También a Serena Williams se le van acabando las opciones de aumentar palmarés. Persigue el Grand Slam 24 desde hace cuatro años y es Wimbledon donde espera romper por fin la mala racha. Tantas ganas de alcanzar a Margaret Court que anunció que no iría a los Juegos Olímpicos. El cuerpo pide descanso. No así el de Garbiñe Muguruza, dispuesta a levantar un segundo título en Londres. Hoy se estrena con Fiona Ferro. Carla Suárez estrenará la central mañana contra Ashleigh Barty.

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