
Las pequeñas vallas negras de acceso al hotel de Santa María de El Paular hace años que no se abren para dar paso a los clientes; los soportales de ladrillo con sus columnas de piedra y granito no reciben visitas ni escuchan el incesante vaivén de las maletas que un día invadió el espacio, y la fuente del patio principal hace siete años que no emana agua. El estado de deterioro y abandono interior de lo que antaño fue uno de los principales establecimientos de lujo en la región, cerrado en 2014, podría llegar a su fin gracias a un proyecto de rehabilitación que comienza a alzar el vuelo con el fin de impulsar una nueva vida para El Paular...
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