Escuchar la voz de Zenet en el Patio de Armas del Palacio Real va a ser algo casi insólito, y a buen seguro muy especial, más aún teniendo en cuenta que el disco que allí presenta esta noche, 'Zenetianos', revisita las canciones más emblemáticas de su carrera con enfoque minimalista, con las voces del cantante y de algunos invitados acompañadas por la guitarra de José Taboada y algún otro instrumento solista como el violín de Raúl Márquez o la trompeta de Manuel Machado. Es la de Jazz Palacio Real (21.30 h, entradas desde 25 euros) una cita imperdible para fans, y una oportunidad preciosa para descubrir a Zenet por primera vez. ¿Qué significa para usted actuar en el Palacio Real? ¿Qué otros escenarios singulares de Madrid le gustaría paladear? Para mí significa mucho, debo decir que voy a estar como en casa porque no es la primera vez. Hace unos años tuve el gran placer de participar en una iniciativa parecida, donde Patrimonio Nacional nos cedió el Palacio Real. De todas maneras, esta iniciativa no debería quedar aislada en el tiempo, porque es maravillosa la idea de ofrecer el patrimonio arquitectónica para que de manera transversal la cultura puede presentarse, y hacer que sea una lugar vivo. Me gustaría cantar en cualquier otro rincón maravilloso, y en Madrid hay muchos. El Parque del Retiro, por ejemplo. Canté en un lugar que se llamaba el Bosque de los Tristes, y fue precioso. Que Patrimonio Nacional dedique un ciclo al jazz, ¿supone en cierto modo un soplo de optimismo para los músicos que beben del género? Por supuesto, los músicos de jazz están encantados, y cualquier artista de otro género estaría encantado de hacer lo mismo. Imagínate la maravilla que sería escuchar música de cámara dentro de las salas del propio Palacio. Su nuevo disco lleva la colaboración por bandera, ¿lo de asociarse en la música, tiene algo de signo de los tiempos? Sí, tiene algo de eso. Este disco tiene mucho de lo que ha ocurrido durante la pandemia, en la que los artistas nos hemos puesto en contacto más que antes, nos hemos unido más. No sólo a nivel personal, también sindical. Hemos tenido debates discretos para avanzar con el Estatuto del Artista, pero por desgracia el Ministerio de Cultura ha sido invisible durante la pandemia. ¿Va a intentar llevarse a algún/a colaborador/a al Palacio? Sí, algunos como Marilia Monzón, Virginia Maestro, Marwan, y otros que no han estado en el disco, como Miriam Méndez o María Berasarte... ¿Cómo fueron las grabaciones de 'Zenetianos'? La sencillez, el menos es más de sus canciones, es increíblemente penetrante. Con máxima seguridad, con tantos cambios de protocolos que yo pensé que igual no podía terminarlo. Hubo un momento en el que pensé que tenía que tirarlo a la basura porque la cosa se ponían muy fea. Hay tres videoclips, los de Coque Malla, Javier Ruibal y Virginia Maestro, en los que estábamos en antes del confinamiento, en un momento en el que todavía no sabíamos qué iba a pasar.<iframe width="500" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/peXjdvaT2ss" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen></iframe> ¿Cuál de sus canciones diría que ha experimentado una mayor transformación en este proceso? Hay una de ellas que se convirtió prácticamente en otra, que es la que hizo Javier Ruibal, 'Agua de levante'. Se mecía en un ritmo de tres, y la llevamos adelante prácticamente hasta la rumba. Él nos dijo que la hiciéramos lenta, y adquirió un toque de balada sin perder aires oceánicos. ¿Cuáles son los principios fundamentales del zenetianismo? El zenetianismo es mi parroquia, la gente que te sigue y que son responsables del boca a boca. Dicen que el que se hace zenetiano ya lo es para toda la vida. Zenetiano es quien me descubre y me hace suyo. ¿En qué momento anímico llegas a esta gira de verano? Parecía que a estas alturas las cosas iban a estar bastante mejor de lo que están con la pandemia, ¿no le parece? El ánimo nunca falta, hay que estar arriba. A la gente no le importa cómo estemos, quieren evadirse con la música, que nos ayuda a tirar hacia delante. Es curativa, nos hace ser mejor personas. Es una gira, eso es cierto, porque nos cancelan cosas según sube la incidencia en un sitio o en otro. Pero hay que seguir adelante, partido a partido. 'La guapería' tenía mucho de homenaje al bolero. ¿Le fastidió mucho cómo fue afectado por la pandemia? Sí, porque tenía una gira preparada en Mexico. Fuimos a Cuba, donde me dieron un premio, presentamos el disco, y después fuimos a Mexico, con gran éxito. Después preparamos otra gira para mayo, y ya no pudo ser. Pero me siento orgullosísimo de haber recibido un premio en la tierra del bolero. Dicen que el bolero está muy de moda entre los músicos jóvenes, y de hecho uno de Los Panchos ha grabado un trap con un chaval. ¿Ha detectado algo parecido? Creo que todas las músicas se retroalimentan unas a otras. Todo es cíclico, pero desde que tengo el proyecto Zenet, hay ciertos autores y músicos que reciclan armonías del bolero, porque es muy universal.
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