La jornada olímpica en la piscina de Tokio se ha abierto a lo grande, con la disputa de la final de los cien metros mariposa femeninos. La gran dominadora de la distancia en los últimos años, la sueca Sarah Sjöström, ha entregado oficialmente su corona a una joven canadiense, Maggie MacNeil, que aunque había demostrado una progresión espectacular en los dos últimos años parecía todavía un peldaño por debajo de sus rivales más conocidas. Sin embargo, MacNeil, de 21 años, consiguió imponerse en un apretadísimo final a la china Yufei Zhang (23 años) y a la australiana Emma McKeon (27 años). Maggie MacNeil paró el cronómetro en 55.59 y nada más llegar, al observar el marcador, no pudo reprimir una mueca de incredulidad: había conseguido la medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. Maggie MacNeil reside en London (Ontario) y siempre ha buscado mantener una extrema discreción, alejada del estrellato incluso en la Universidad de Michigan, en cuyo equipo milita. McNeil había sido en su adolescencia una nadadora decente y competitiva en los criterios regionales y nacionales, pero nunca levantó demasiadas expectativas..., hasta que cayó en manos de su actual entrenador, Rick Bishop, que en lugar de tratar de mejorar sus debilidades buscó acrecentar sus fortalezas, singularmente una poderosa natación subacuática. Bishop supo pulsar la tecla que ha convertido a MacNeil en campeona olímpica. La sueca Sjöström, poseedora del récord del mundo de la distancia y medalla de oro en Río se vio claramente superada por sus rivales y solo pudo acabar la jornada en séptima posición, muy alejada de sus mejores tiempos. Quizá haya influido en su rendimiento la grave lesión que sufrió el pasado año y que le ha hecho viajar Tokio con más incertidumbres que certezas.
De Deportes https://ift.tt/2UMnUWc
0 comentarios:
Publicar un comentario