Jordi Alba, curtido en mil batallas, trataba de aguantar el llanto para levantar el ánimo de Pedri, incapaz el chico de encontrar consuelo en el césped de Wembley. Los penaltis tienden a regalar imágenes cargadas de simbolismo y la fiesta italiana contrastaba con las penas de la selección, a la que se le debe reconocer todo el mérito del mundo en esta Eurocopa. Hay muchas maneras de caer y la suya fue más que digna, solo apeada del torneo por su mala puntería. Y así, con la cabeza bien alta, los jugadores transitaron por la zona mixta del templo británico mandando un mensaje cargado de optimismo, un mensaje que invita a pensar en que este equipo quiero más. «Llevo nueve o diez años en la selección y hacía tiempo que no veía al grupo así. Te jode porque querías ganar, pero más por la ilusión que veías en la concentración. Lo que se respira aquí es diferente y he estado en muchos vestuarios», resumió Alba, y cuesta encontrar una reflexión mejor. «La gente está orgullosa de esta España. Lo hemos dejado todo, hemos trabajado muchísimo. El equipo ha hecho una grandísima Eurocopa y agradecemos a los que han creído en nosotros en todo momento. Hay que estar orgullosos de lo que hemos hecho», sentenció el lateral del Barcelona. Efectivamente, las sensaciones se imponen esta vez al resultadismo y hasta se le pone buena cara a la derrota Habrá quien diga que España solo ha ganado dos partidos, uno de ellos en la prórroga, pero se ha llegado a semifinales y en el último encuentro se jugó muy bien contra Italia. «Creo que todos, sin excepción, se han sentido orgullosos de la selección. Se ha ganado mucha experiencia, tenemos muchos jugadores jóvenes y nos hemos comportado como un equipo de principio a fin», apuntó Luis Enrique, ya con su jersey rojo porque el termómetro bajó a 13 grados en la noche londinense. Terminada ya la Euro, tocaba poner notas. «Se la había puesto en cuartos. Es un sobresaliente, quizá bajo por no pasar a la final, un 9. Todos han estado soberbios, los que no han jugado también. Han sido imprescindibles porque han estado ayudando todo el día, sumando para que no se relajaran los otros». Puso por las nubes a Dani Olmo, pero sobre todo se regodeó con Pedri, del que habló maravillas. «¿Pero alguien ha visto lo que ha hecho Pedri, un niño de 18 años? Yo no se lo he visto a nadie, ni a Iniesta». Todo lo dijo con un tono de complicidad impropio, sin entrar al trapo cuando se le dio la oportunidad de tirar por el manido concepto de callar bocas. «A la afición hay no hay que pedirle, hay que darle», aportó. «He visto muchas cosas positivas, jugadores jóvenes con muchas cosas que aportar... El objetivo era formar un equipo y que los aficionados se pudieran sentir orgullosos de sus jugadores». Es, nadie lo duda, el líder de este equipo que le devuelve el cariño siempre que puede. «Ha demostrado ser un gran entrenador, que ha llevado al grupo a la perfección», reconoció Laporte. Su pareja de baile ayer, Eric García, reforzó el mensaje: «Tenemos que pensar que este puede ser el inicio de algo grande». Los operarios ponían el césped de Wembley a tono, ya en un silencio sepulcral mientras el equipo hacía las maletas. «Tras nueve años de travesía en el desierto, España ha vuelto», lanzó Luis Rubiales, presidente de la RFEF. Sí, tiene pinta, tiene buena pinta.De Deportes https://ift.tt/3hFjlnV
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