
La angosta calle de José Garrido (San Isidro, Carabanchel) se convirtió ayer, a primera hora de la mañana, en un ir y venir de agentes de Policía Nacional que colapsaron con sus furgones la vía pública de un sentido. Los vecinos se asomaron a las ventanas alarmados por las luces blancas y azules y sorprendidos por el gran despliegue. En su mente, el peor de los presagios: una nueva reyerta entre los okupas que desde hace una década atemorizan al barrio. Por suerte, el pensamiento se esfumó tan pronto como se dieron cuenta de que iban a poner fin a su pesadilla. La policía desalojó los dos inmuebles usurpados, echando a las 40 personas que los habitaban. Los aplausos se...
Ver Más
De España https://ift.tt/3zmut07
0 comentarios:
Publicar un comentario